El aguacate podría ser un “salvavidas” para el comercio internacional desde México, esto aunado a la innovación en productos que se vuelvan más específicos, consideró el académico Alejandro Ruelas-Gossi en un artículo publicado en Harvard Business Review.
“La cuestión política correcta no es dónde entrar en una cadena de valor global existente, sino cómo crear una ruta de valor original, con el objetivo final de sofisticación y valor añadido. Para México, le sugiero que mire la industria del aguacate. Los aguacates son un ejemplo clásico de la vieja trampa de la materia”, señaló en el artículo ‘Por qué la economía de México no depende del próximo presidente de los Estados Unidos’.
Ruelas-Gossi, quien es profesor de Estrategia en la Escuela de Administración de Empresas de la Universidad de Miami, dijo temer que si México continúa –independientemente de que el Presidente de EU sea Trump u otro– con su actual estrategia económica basada en el comercio, no necesariamente producirá resultados diferentes a largo plazo.
Criticó que los tomadores de decisiones en el País mantengan la idea de integrarse en las cadenas de valor mundiales, principalmente mediante la realización de actividades de bajo valor.
“En consecuencia, México se ha centrado en reducir costos basados en la explotación de recursos naturales (minería y agricultura), manufactura y servicios relativamente poco sofisticados (…) el problema con este enfoque (lo que yo llamo el enfoque de hacer) es que compite en las métricas de carrera hacia abajo: bajo costo, alto volumen y entrega rápida. Prácticamente, los trabajadores que hacen posible estas industrias están atrapados en la pobreza, con pocas esperanzas de escapar”, señaló.
Ante ello, México debe apostar por otra estrategia que significa más pensamiento.
“He identificado cinco rasgos de esta estrategia de la raza a la tapa: En esta se debe centrarse en el alto valor de los segmentos de mercado, profundizar la ciencia detrás del negocio, ampliar en más productos e industrias, orquestar la cooperación público-privada mediante un sólido desarrollo de políticas, así como ideas que surjan de la inversión extranjera directa.
“Es necesario un cambio de relaciones entre los mercados desarrollados y emergentes. A largo plazo, las economías desarrolladas y emergentes se benefician enormemente”, apuntó.
Allí es donde entra el aguacate mexicano, el cual protagonizó un comercial de TV durante el Super Bowl, ya que la industria lo posiciona como un manjar.
“Estos son ejemplos clásicos de productores agrícolas que tratan de diferenciar sus productos y subir la cadena de valor. Yo preguntaría: ¿Qué más puede hacer la industria del aguacate? ¿Cómo puede profundizar la ciencia detrás de su producto? ¿Cómo puede expandirse en nuevos productos e industrias? ¿Cómo puede obtener ideas de la inversión extranjera directa?”, recomendó.
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