Durango.- Debido a los múltiples compromisos económicos que adquieren los campesinos para la siembra de sus productos, principalmente el frijol, se ven obligados a vender su cosecha a los intermediarios (más conocidos como “coyotes”), lo que siempre se ha convertido en un círculo vicioso, afirmó el dirigente estatal de la Organización Agraria Popular (OAP), Sergio Silva Labrador.
“En cuanto cortan su frijol, los productores lo primero que hacen es vender una parte para sacar sus compromisos, ya que se endeudan para comprar semilla y otros insumos que necesitan para salir adelante. Esa siempre ha sido la triste realidad por la que atraviesan muchos campesinos”, describió.
Sin embargo, indicó el entrevistado que son pocos los productores que pueden guardar parte de su cosecha para posteriormente llevarla a vender a las acopiadoras, con la esperanza de que les ofrezcan un buen precio y les otorguen el incentivo que en el nuevo esquema de comercialización es de 1.50 pesos por kilogramo de grano entregado y recibido en las bodegas autorizadas por Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios (Aserca).
Por ello, se recomienda a quienes puedan hacerlo que se esperen unos días más, con la finalidad de que el frijol alcance un mejor precio en el mercado y de esta manera obtengan mejores utilidades.
El Siglo de Durango
