Inician plan contra la desnutrición en Oaxaca con cultivos de alga espirulina

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La UAM-Iztapalapa ofrece asesoría a madres de familia y jóvenes para producir y cocinar esta alga para incorporarla en su dieta Beneficiará a más de 2 mil personas de Chiquihuitlán de Juárez

Profesoras y estudiantes de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa (UAM-I) trabajan con madres de familia y jóvenes de la comunidad de Chiquihuitlán de Juárez, en el estado de Oaxaca, para enseñarles a cultivar y cocinar espirulina, una especie de microalga de zonas lacustres que tiene alta cantidad de proteínas y que puede ser un complemento alimenticio para las familias del norte de Oaxaca. Éste es un ejemplo de convenios de colaboración entre la UAM y gobiernos municipales.

La espirulina (Spirulina maxima) ha sido consumida por los seres humanos desde hace muchos siglos. En México existen referencias de que los mexicas colectaban una vegetación que se formaba en la superficie del Lago de Texcoco y que la consumían como un alimento llamado “tecuitlatl”. Este organismo tiene forma de espiral y es de color azul verdoso por la presencia de clorofila que le da el color verde y de ficocianina, pigmento que le da el color azulado. Entre sus componentes cuenta con proteínas, vitaminas, ácidos grasos, clorofila y fitoquímicos.

En la actualidad, esta alga puede ser reproducida a bajos costos con tecnología que los universitarios han compartido con los habitantes de Chiquihuitlán. Luego de ser secada al sol, la espirulina puede pulverizarse y agregarse a memelas de frijol, guacamoles, bebidas de frutas, dulces de amaranto, galletas con mermelada o incluso en palomitas de maíz, entre otros platillos preparados por las amas de casa, con lo cual se evita modificar o trasgredir los usos y costumbres de las familias.

El programa está a cargo de la maestra Mónica Cristina Rodríguez Palacio, adscrita al Laboratorio de Ficología Aplicada de la UAM-I. El objetivo es ofrecer una opción para la población de escasos recursos a la cual es complicado obtener en la dieta diaria las proteínas necesarias, debido a la escasez de agua que enfrenta.

EXTENSIÓN COMUNITARIA. El trabajo de los profesores e investigadores de la UAM-I forma parte del Proyecto de Extensión Comunitaria (PEC) de esa casa de estudios. La iniciativa forma parte del convenio marco de colaboración establecido en 2015 entre la UAM-I y el municipio, el cual fue promovido por la maestra Sonia Yurivia Ayala Guzmán, alumna del doctorado en Estudios Organizacionales de la Unidad Iztapalapa.

Con este esfuerzo se busca que sean beneficiadas más de 2 mil habitantes de esa región y de las comunidades aledañas que componen dicha localidad, ya que su ejecución e instalación requiere de pocos insumos, mismos que serán proveídos por la UAM y la Universidad Iberoamericana con sede en Puebla.

La maestra Rodríguez Palacio informó que “la espirulina es un ingrediente ideal porque contiene una gran cantidad de nutrientes, es rica en aminoácidos y proteínas, carbohidratos, ácidos grasos, omega 6, vitaminas y minerales. Su uso como suplemento alimenticio podría marcar una diferencia para combatir la desnutrición en zonas marginales del país”.

“El cultivo de microalgas y cianobacterias es llevado cabo de manera industrial en muchas naciones latinoamericanas, en Norteamérica y Europa, pero en México es un mercado aún en ciernes. El propósito de intervenir en la comunidad es establecer un cultivo para consumo personal e impulsar su venta, ya sea en polvo o adicionada en bebidas de frutas, dulces o guacamoles”.

La demanda de biomasa de algas así como de extractos ha ido creciendo y la producción forma parte de una tradición originada en la época prehispánica. “Era un ingrediente consumido por los aztecas, ya que el alga espirulina (Arthrospira platensis) crecía en el lago de Texcoco, según informa el Códice Florentino”, añadió

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