Sube importación de maíz

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México arrastra una gran dependencia alimentaria al maíz amarillo importado, una problemática que crece y que no ha podido solucionar ninguna política agrícola.

El año pasado, 65 por ciento del consumo nacional se cubrió con importaciones, principalmente procedentes de EU, cuando en 2010 la dependencia era 54 por ciento, según datos del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).

El grano es vital para alimento de ganado y para la industria alimentaria.

El año pasado se consumieron 20 millones 23 mil toneladas, de los cuales 12 millones 951 mil toneladas fueron importadas.

En el País no se ha podido desarrollar con éxito semillas que hagan rentable a los productores sembrar este grano, ya que la mayoría se enfoca en el maíz blanco que se usa totalmente para tortilla.

En Sinaloa, una de las entidades en las que se obtienen los rendimientos más altos, se pueden obtener entre 12 y 14 toneladas de maíz blanco por hectárea, pero de amarillo se consiguen alrededor 11.5 toneladas y ya en grandes extensiones la desventaja es más notoria, contó Jorge Lugo, productor de Navolato.

El Gobierno federal, mediante apoyos económicos, ha buscado incentivar al productor para que reconvierta sus tierras del grano blanco al amarillo, pero los apoyos no llegan a tiempo.

Lugo destacó que en el ciclo 2014/2015 se registró para recibir el apoyo, pero no lo ha recibido.

“Tenemos un negocio sin techo, es vulnerable a todo y resulta que lo que nos prometen nos lo dan dos años después. ¿Trabajaría usted de esa manera?”, cuestionó.

La diferencia de rendimientos responde a que no se ha invertido en variedades que le aseguren al productor un mejor ingreso, explicó Arturo Silva, líder del sistema de semilla para América Latina del programa global del maíz del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

“El mejoramiento en maíz se hizo siempre en el blanco, porque es lo que consumimos más, es donde está el mercado, es lo que tiene una comercialización más segura y nos enfocamos más en los mercados más valiosos de México que son Sinaloa, la Ciénega de Chapala que es la parte de Jalisco, Michoacán, y lo que es el Bajío.

“Esos mercados son para el (maíz) blanco los más valiosos y donde las transnacionales invierten todos sus esfuerzos para sacar híbridos de alto potencial de rendimiento (como los de Sinaloa)”, detalló Silva.

Por ejemplo, en Sinaloa las semillas de maíz amarillo que se siembra provienen de algunas regiones de Brasil o Estados Unidos, como Texas, las cuales cuentan con condiciones climáticas similares a las de México, dijo.

“Se prueban cosas que ya están hechas para ese mercado y si más o menos andan bien, pues no se hace el esfuerzo (de investigación), simplemente se produce más de esa semilla, se trae y se comercializa en México”, afirmó Silva.

Resaltó que cada año al País le cuesta 2 mil 400 millones de dólares la importación de maíz amarillo, pero si se invirtiera un millón 500 mil dólares anuales en un programa de investigación en el CIMMYT, sería posible que en dos años se generen híbridos competitivos específicamente para México.

Juan Pablo Rojas, presidente de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM), agregó que se prefiere sembrar maíz blanco porque ya se tienen definidos los canales de comercialización y centros de consumo en el Bajío.

En contraste, no se tiene una industria transformadora en el sur del País, no hay mercado, así que se los agricultores se limitan a producir maíz amarillo.

Bosco de la Vega, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA) dijo que las visitas que se realizaron a países sudamericanos para comprar granos, es una solución a corto plazo, pues se requiere apostarle a la investigación.

Agencia Reforma

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