Chihuahua.- En varios municipios de la Sierra Tarahumara y la región de la Babícora, se producen alrededor de 26 variedades de maíz nativo, de distintos colores que han obtenido mediante un lento proceso de hibridación y forman parte de la cultura ancestral de los pueblos indígenas.
Martín Solís Bustamante, director de Fomento Agropecuario de la Secretaría de Desarrollo Rural encabezada por Rubén Chávez Villagrán, explicó la forma en que se consiguen los maíces distintos, gracias también al apoyo gubernamental que interviene para mejorar las semillas y que puedan adaptarse tanto al exceso de lluvias, como a la falta de las mismas.
Son maíces que conservan los colores y que tienen diversos tamaños y formas de mazorcas, que convierten en parte del patrimonio cultural de las comunidades indígenas del estado y que comparten para el resto del país.
Solís Bustamante señaló que dentro de la estrategia de extensionismo rural en el tema de granos, se establece la conservación de las especies nativas de maíz, dividido en cuatro vertientes, de maíz: cristalino, gordo, azul y el maíz apachito, los cuales se producen principalmente para el autoconsumo entre las comunidades indígenas, mientras que en la región de la Babícora se destina a la exportación.
Indicó que existen cerca de 25 extensionistas en la región de la tarahumara y la Babícora, que fungen para intervenir en conservar los bancos de germoplasmas de las 26 distintas semillas que se han adaptado por muchos años a las zonas de producción chihuahuense, principalmente en el uso de temporal.
“Es un trabajo de mejoramiento genético que se ha dado de manera natural durante muchos años, se han adaptado cerca de 26 variedades de maíz en la sierra de chihuahua y lo estamos trabajando con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo-CIMMT- así como con investigadores del Inifap, dependiente de Sagarpa.