Tradición de maíz que suma ya tres generaciones en Tequisquiapan

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Querétaro.- Juanita y Regina Álvarez, forman parte de la segunda generación que mantiene con vida la tradición de la elaboración de tortilla y gorditas de maíz; ambas hijas de Doña Tere, ya comienzan a enseñar a sus hijas parte de la gastronomía que tiene las comunidades rurales.

“Yo aprendí a hacer tortillas desde como los 11 años, cuando mi mamá hacía tortillas y yo le decía que me dejara un poco de masa y yo hacía tortillas chiquitas”, explicó Regina.

Juanita aprendió como a los 13 años, ya cuando salió de la primaria y ambas le ayudaban a los quehaceres del hogar; sin embargo ambas recuerdan que lo más difícil era que quedaran redonditas, y ahora sus hijas también comienzan a descubrir la tradición al manejar la masa.

“COMPRAMOS EL NIXTAMAL, Y LO LLEVAMOS A MOLER AL MOLINO, AHÍ AL SEÑOR LE DECIMOS QUE LO QUEREMOS PARA GORDITAS O PARA TORTILLAS, PORQUE PARA GORDITAS QUEDA UN POQUITO MÁS QUEBRADO”, AGREGÓ JUANITA ÁLVAREZ.

Por su parte, Regina explicó que con dos cuartillos de grano de maíz, se logran hacer hasta unos 6 kilos de tortillas, pero esto también dependerá del tamaño de la tortilla.

Desde su infancia uno de los platillos que más les evocan recuerdos son los nopales guisados, picositos, incluso con sonrisas y miradas de complicidad, aseguran que aún acostumbran ir al campo para así ayudar a su papá a cosechar el maíz.

“Antes se hacían unas pilotas de maíz, y de ahí lo cosechaban a mano, y con mamá les hacíamos el almuerzo y les llevábamos comida, gorditas o igual tortillas recién hechecitas con chile o mole”, agregaron.

Recalcaron que lo que más les llena de orgullo es que el poder conocer de donde viene el producto con el que se elabora la comida les hace que ellas y sobre todo las nuevas generaciones valoren el esfuerzo de la gente que como ellos han crecido en el campo.

“UNO SABE DE DONDE VIENEN LOS PRODUCTOS Y LO QUE CUESTA SEMBRAR, CUIDARLO Y REGARLO; AHORA ELLOS MISMOS VEN COMO SE VA PREPARANDO DESDE QUE VIENE DE LA TIERRA”, AGREGÓ JUANITA.

Así entre el sonido de las brazas, el canto de los gallos y algunos borregos, la familia se sigue reuniendo al rededor del fogón, pues es un momento donde las mujeres de la casa se sientan a platicar de los niños, a brindar algún consejo, o simplemente echar relajo.

De esta manera, en la casa de Doña Tere, es donde conviven siete de sus ocho hijos, y muchos de sus nietos y sobrinos, pues a la hora de echar gordita no falta quien llegue para disfrutar de la compañía de la familia y un taco, donde se revive la tradición del maíz.

Rotativo Querétaro

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