La Unión Europea (UE) debería endurecer sus controles sobre las importaciones de miel y adoptar sanciones más duras contra los productos adulterados, abogó hoy el Parlamento Europeo (PE).
Con unas 250 mil toneladas de miel producidas anualmente, la UE responde por el 12 por ciento de la producción mundial, solo por detrás de China, donde se genera otro 28 por ciento del total. México es uno de los principales exportadores de miel a los Veintiocho, junto con Argentina, China y Ucrania.
La producción europea no es suficiente para cubrir la demanda local y la mancomunidad importa otras 200 mil toneladas de miel al año.
Según la Eurocámara, un 20 por ciento de las muestras de miel colectadas por los inspectores europeos en los establecimientos extranjeros que suministran el producto a la UE presentan adulteraciones.
Controles armonizados en las aduanas y dentro del mercado europeo, pruebas de calidad a toda la miel llegada a territorio comunitario y el endurecimiento de las exigencias de trazabilidad son algunas de las medidas sugeridas para sanar el problema.
Para preservar la plaza de la UE como segundo productor mundial de miel, los diputados también piden una estrategia “de largo plazo y alcance” para mejorar la salud de las abejas y favorecer su repoblación, incluyendo la prohibición de todos los pesticidas con efectos negativos científicamente probados sobre la salud de esos insectos.
Las medidas deberían incluir la elaboración de programas de cría para reforzar la resistencia de las abejas a especies invasoras, como la avispa asiática o la americana, responsables por una importante decadencia en la colonia de abejas en el Viejo Continente.
La UE también está llamada a invertir más en investigación para desarrollar medicamentos innovadores y ofrecer alternativas seguras a los apicultores.
Para todo eso, es necesario incrementar en 50 por ciento el presupuesto para programas nacionales de apoyo al sector, incluyendo compensaciones en caso de pérdidas de colonias, argumentan los parlamentarios en una resolución aprobada este jueves en sesión plenaria.
“Las amenazas a la salud de las abejas son una fuente de preocupación mucho más amplia, dado el papel que las abejas ejercen en la polinización natural de cultivos y plantas salvajes y, por tanto, en la preservación del medio ambiente y en la producción de alimentos”, señala el documento.
Según la Eurocámara, hasta 76 por ciento de la producción europea de alimentos depende de alguna manera de las abejas.
Por último, el PE insiste en que la miel y otros productos apícolas deberían ser considerados “sensibles” en las negociaciones comerciales de la UE con terceros países, o incluso excluirse totalmente de las mismas.
NTX
