Con la finalidad de ayudar en las labores para combatir el repunte de langostas del desierto en el Cuerno de África, el Fondo Fiduciario de Solidaridad para África (ASTF, por sus siglas en inglés) otorgó un millón de dólares estadounidenses.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) informó que dichos recursos llegan en un momento oportuno para poner fin a la destructiva plaga del insecto Schistocerca gregaria.
Fue el pasado miércoles, durante la reunión del Comité Directivo del ASTF en la sede de la FAO en Roma, cuando se tomó la decisión de apoyar a FAO en la lucha contra la devastación que está causando esta especie en África oriental.
La langosta del desierto es la plaga migratoria más peligrosa del mundo y, de acuerdo con la última actualización del organismo de la ONU, su reciente reaparición supone una amenaza sin precedentes para la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia en Etiopía, Kenia y Somalia.
Mientras que el Observatorio de la Langosta de la FAO advirtió que la amenaza se mantiene en el sur de Sudán y Uganda, así como existe inquietud por la formación de nuevos enjambres en Eritrea, Arabia Saudita, Sudán y Yemen, ya que las infestaciones de la plaga prosiguen su expansión a ambos lados del Mar Rojo.
Hasta ahora, los esfuerzos para combatir el brote del insecto han logrado reunir más de 18 millones de dólares en donaciones.
La FAO indicó que un enjambre de langostas de 1 kilómetro cuadrado puede devorar la misma cantidad de alimentos en un día que 35 mil personas, por lo que ya colabora con gobiernos y sus socios locales y nacionales para apoyar las operaciones de vigilancia y control del insecto.
