Cancún, Qroo. El Colegio de la Frontera Sur alertó que la actividad económica de 25,000 apicultores está en riesgo, debido a que se detectó polen transgénico (genéticamente modificado) en la miel de la Península de Yucatán.
Lo anterior, informó, puede cerrar varios mercados de exportación que sólo compran productos orgánicos, como Alemania, además de generar una eventual baja en los precios de venta internacional.
El estudio realizado por Rogel Villanueva, investigador de la Unidad Chetumal, establece que tras autorizarse, en el 2012, la siembra de 10,000 hectáreas de soya y sorgo en la localidad Las Flores, perteneciente al municipio de Hopelchén, Campeche, “encontramos que parte de esa soya era transgénica, aun cuando un juez suspendió la autorización de su cultivo en México”.
Aunado al análisis del Colegio de la Frontera Sur, tres estudios anteriores comprobaron que las abejas visitan la flor de la soya, la cual se pensaba anteriormente que era autopolinizable. Ello provoca encontrar polen transgénico en la miel.
“Pudimos constatar la presencia de polen de soya en seis de las nueve muestras de miel y en dos de ellas, el polen era de plantas genéticamente modificadas, lo cual se determinó a través de un análisis genético que se llevó a cabo en el laboratorio de Intertek, en Bremen, Alemania”, se lee en el documento.
Estados Unidos y varios países latinoamericanos compran miel con polen transgénico, pero el precio que pagan es al menos 12% menor al de países europeos como Alemania, lo cual afecta seriamente a los apicultores.
IMPORTANCIA
México es el cuarto país productor de miel más grande y el quinto mayor exportador de este alimento en el mundo. También ocupa el tercero como mayor exportador de cera, según establece el estudio.
No se trata de dar una noticia alarmista sobre este hecho, sino simplemente de que al comprobarse científicamente la presencia de polen transgénico en la miel de la Península de Yucatán, considerada pura o libre de agentes genéticamente modificados, ello supone un obligado cambio en las condiciones de mercado para los productores de la península, quienes generan prácticamente 45% de la producción nacional del miel, asegura el investigador.
Fuente: El Economista
