El agave es un cultivo tan noble y altamente rentable que debe ser adoptado en las regiones del estado que presenten potencialidades para su establecimiento; los campesinos deben apoderarse de la producción, la cosecha, transformación y comercialización, dijo el presidente de la Red Mexicana de Asociaciones de Productores de esta planta, David Padilla Marín.
Señaló que este cultivo absorbe el dióxido de carbono, lo cual es fundamental, porque se limpia el medio ambiente y agregó que no sólo hay que apostarle a la siembra, sino también a la transformación y comercialización del producto.
Informó que en el estado se lograron ingresar dos proyectos para la obtención de jarabe y la inulina del agave, con un promedio de inversión de 15 a 20 millones de pesos por hectárea.
“Lo que solicitamos es apoyo financiero, necesitamos estar en los lugares donde se determine la aplicación de los recursos y donde podamos acceder a programas”, añadió.
Comentó la necesidad de aplicar un plan integral de rescate del agave, sin embargo dijo que para ello hay que darle valor agregado, obtener miel, jarabe, licor e inulina.
“Requerimos motivar a los campesinos para encontrarle una salida a la crisis, hay que apropiarse de todo el círculo de este cultivo”, acotó Padilla Marín.
Sostuvo que el campo no ha superado el mal momento por el que pasa, ni tiene los ingresos económicos que se desea.
Instó a apostarle a la sustentabilidad y a la capitalización del campo a través del agave: “Lo único que pretendemos es que los programas para desarrollar al campo salgan de la gente que cultiva la tierra, no de los escritorios, que las instituciones atiendan y escuchen a los productores”, agregó.
En delegado en Chiapas de la Red Mexicana de Organizaciones de Productores de Agave, Sergio Borraz Ordóñez, propuso el establecimiento de cultivos en el estado para dar respuesta con esta especie vegetal a los procesos de desertificación que enfrentan algunas regiones.
“Se tienen experiencias de éxito, el agave es una verdadera alternativa para la restauración de ecosistemas y una opción para la capitalización, los ingresos por hectáreas alcanzarían anualmente un promedio de 200 mil pesos con un costo de inversión promedio de 180 mil pesos para establecimientos de viveros y erogar 30 mil pesos para la siembra de una hectárea”, detalló.
Con esta especie se puede establecer una densidad dos mil plantas por hectárea para alcanzar un volumen de 200 toneladas, en al menos 186 hectáreas en los municipios de Coapilla, Copainalá, Ocotepec, Tapalapa, Soyaló, Chicoasen y Osumacinta.
Dijo que un lapso de cuatro años a partir de la siembra, se puede empezar la cosecha e iniciar el proceso de destilado para tequila, jarabe o inulina; señaló que para este año se prevé establecer mil hectáreas, ya que el agave se adapta a todo tipo de suelo y requiere para su sobrevivencia de tan solo un litro de agua al año.
Explicó que para su comercialización se quita la penca de la planta una vez que ha llegado a su maduración, de donde se obtiene la piña o cabeza, que alcanza un peso de 100 kilogramos con un costo de uno a 100 pesos por kilo. “Hemos logrado obtener plantas de 180 kilogramos”, apuntó.
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