Debido a factores como la erosión de la tierra, por lo menos 20 por ciento de las 100 mil hectáreas de temporal en Fresnillo ha perdido fertilidad, situación que ocasiona que la producción disminuya hasta 20 por ciento.
Salvador Aviña Ramos, coordinador de la Secretaría del Campo (Secampo) en el municipio, reveló que la erosión de la tierra es un proceso natural, derivado de situaciones climatológicas, como la lluvia y el viento.
Además de dicha situación, comunicó que otros de los factores que han contribuido a la pérdida de la fertilidad de las tierras es la inclusión de nuevas herramientas en el proceso de la cosecha, pues anteriormente la hierba o la paja –conocidos como esquilmos– servían de nutrientes a la tierra.
Sin embargo, actualmente con la implementación de equipamiento para la cosecha, las parcelas prácticamente quedan limpias y no tienen de dónde obtener nutrientes, por ello es que los agricultores deben utilizar fertilizantes o biofertilizantes.
“Las tierras son como los seres humanos, si no se le alimenta se van volviendo improductivas. Antes se les alimentaba de manera natural, pero ahora es a través de fertilizantes que, evidentemente, no tienen los mismos beneficios y aunado a esta situación está el desgaste natural de las parcelas”, añadió.
Es principalmente en hectáreas en las que se cultiva frijol, maíz y avena en las que se ha detectado que han perdido fertilidad, productos que en el municipio se cultivan en la modalidad de temporal.
Reveló que no existe un dato preciso de cuánto es el tiempo de vida útil productiva de las tierras, pues dicha situación depende, específicamente, de las características de la zona en las que se encuentran las parcelas.
Se aferran productores
Se tienen contabilizadas cerca de 5 mil hectáreas que, debido a su ubicación, no cumplen con las características para ser cultivadas; sin embargo, los propietarios de éstas no dejan de invertir en sembrarlas, con el objetivo de no perder el beneficio del Proagro Productivo.
“Estas tierras fueron abiertas al cultivo cuando su vocación era la ganadería, mismas que durante tres años dieron buenos resultados, pero a la fecha es más lo que invierten los productores en sembrar que las ganancias que obtienen”, completó.
Detalló que en este tipo de parcelas, por hectárea, se cosechan de 150 a 200 kilogramos de frijol –cantidad que no es costeable–, mientras que en superficies con las condiciones apropiadas se llegan a levantar, mínimo, 700 kilogramos o hasta dos toneladas.
No obstante, aclaró que dicha situación no es verdad, pues desde hace varios años existe un programa con el cual los productores justifican que dichas parcelas las utilizan para pastizal de los animales y de esta manera no pierden el beneficio, pero los agricultores se resisten a ello.
“La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), desde hace varios años, maneja un programa con el cual se les propone a los campesinos que dejen de sembrar y que en tres años no se pastoreen animales para que retomen su vocación y no se les va a quitar su derecho al Proagro, pero no ha tenido mucho éxito”, añadió.
Detalló que las 5 mil hectáreas están ubicadas en zonas inclinadas, entre los montes, y debido a la erosión de la tierra la capa arable o superficie buena para la siembra queda muy delgada y por ello no son viables.
NTR
