La Universidad de Queensland, en Australia, lleva años desarrollando un nuevo tipo de plátano de color anaranjado. Se trata de un híbrido modificado genéticamente con un objetivo muy noble: combatir la desnutrición infantil en países en vías de desarrollo como Uganda.
La variedad ha sido desarrollada gracias al apoyo financiero de más de 10 millones de dólares donado por la Fundación de Bill y Melinda Gates. La clave de este plátano, cuya carne es de un suave color naranja, es que contiene unos niveles altísimos de beta caroteno, un compuesto muy importante para la dieta humana.
En países como Uganda, el 70% de la población subsiste a base de frutas y vegetales. Desgraciadamente, no todas las variedades que se consumen son ricas en beta caroteno, y eso se traduce en un déficit de vitamina A, sobre todo entre los niños.
El plátano desarrollado en Australia es una fruta basada en el plátano Karat de Micronesia, una variedad local, también de color anaranjado, muy utilizada por los habitantes de este archipiélago para iniciar la transición de los bebés hacia los alimentos sólidos. También es un plátano muy rico en beta caroteno, pero el Karat no puede cultivarse tal cual en las secas tierras de Uganda.
El nuevo plátano se someterá a prueba en humanos en Estados Unidos hasta finales de año. Si funciona, su cultivo podría extenderse en África para 2020.
Guardian