Ciempiés, excelente controlador biológico de plaga en plantíos

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El investigador del Centro Universitario de la Costa (CUCosta), Fabio Germán Cúpul Magaña, indicó que los ciempiés pueden ayudar a controlar algunas plagas en lugar de utilizar fumigantes en plantíos.

Resaltó que estos insectos, al ser depredadores, mantienen en control a otras especies de insectos que afectan los cultivos como, por ejemplo, algunos tipos de larvas de escarabajo que pueden consumir las raíces de las plantas.

Manifestó que también pueden comer chapulines, saltamontes y grillos, que se alimentan de plantas de maíz y hortalizas. Indicó que si crecen las poblaciones de ciempiés, pueden además servir de alimento para otras especies como mapaches, aves y reptiles.

Comentó que estudió a las poblaciones de ciempiés durante cuatro años en el área natural protegida de Chamela; y desde hace un año seis meses está involucrado en un proyecto cuyo objetivo es el conocimiento de la diversidad de ciempiés que hay en México.

Mencionó que algunos estudios realizados en Brasil indican que los campos de cultivo, donde abundan los ciempiés se mantienen libres de plagas, “entonces, pueden considerarse como controladores biológicos”.

En cuanto a algunas especies de milpiés, dijo que al no ser depredadores y alimentarse de plantas o desechos de plantas en descomposición, si la población es numerosa, dentro de tierras de cultivo, pueden convertirse en plagas.

Precisó que estos insectos secretan sustancias irritantes que pueden generar ardor en nariz, boca y ojos, así como decoloración en la piel, sin mayores consecuencias. Puntualizó que hay quien cree que el ciempiés propina mordidas venenosas, lo que no es del todo cierto.

Explicó que algunas especies, que miden de 15 a 20 centímetros, pueden propinar mordeduras e inyectar un veneno que provoca dolor localizado, inflamación y entumecimiento, pero no pasa a mayores, “su piquete es similar al del alacrán, pero los efectos negativos sólo son para personas susceptibles”.

Aclaró que hay registros en Sudamérica y Asia de algunas especies de ciempiés de tamaño grande que al morder han provocado el deceso de personas, principalmente de niños y personas de la tercera edad.

Subrayó que, a diferencia de lo que se cree, los ciempiés no tienen cien patas, sino mínimo quince pares y máximo 191 pares de patas.

“Su cuerpo está deprimido o apachurrado, cada segmento de su cuero tiene un par de patas, debajo de la cabeza tiene un par de forcípulas (pinzas o colmillos), y una de las características de este insecto es que al ser descubierto por una persona, antes de atacar, prefiere huir”.

Destacó que los milpiés tienen, por lo general, un cuerpo cilíndrico; en lugar de colmillos tienen mandíbulas con las cuales comen materia vegetal en descomposición.

Afirmó que además, en cada segmento del cuerpo, en lugar de tener un par de patas, tienen dos pares de ellas y poros en el cuerpo, por los cuales expelen sustancias de olores desagradables para repeler el ataque de algún depredador.

La especie descrita por el investigador es el ciempiés de tierra o geofilomorfo de color púrpura y habitante de cavernas; y el ejemplar que se utilizó para la descripción proviene de cuevas de Tamaulipas.

La diferencia con otras especies está en la forma de las antenas, las cuales terminan engrosadas y aplanadas, así como las ranuras características de los colmillos, además de que en la parte ventral existen áreas donde se observan poros.

NTX

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