La mirada de las empresas a favor de los transgénicos

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Los alimentos transgénicos son aquellos que incluyen en su composición algún ingrediente procedente de un organismo al que se le ha incorporado, mediante técnicas genéticas, un gen de otra especie. Es por la biotecnología que se puede transferir un gen de un organismo a otro, para dotarle de alguna cualidad especial de la que carece. De este modo, las plantas transgénicas pueden resistir plagas, soportar mejor las sequías, o resistir mejor algunos herbicidas.

Ciudad de México.- Desde su nacimiento, la producción y comercialización de los transgénicos han detonado en mucha polémica. En este sentido, El Semanario sostuvo una charla con Alejandro Monteagudo, presidente ejecutivo y director general de AgroBio México, para aclarar estos mitos desde su perspectiva a favor de la producción y comercialización de las semillas genéticamente modificadas.

A decir de Monteagudo

“AgroBio es una asociación civil, es decir, sin fines de lucro integrada desde hace 16 años por las empresas dedicadas a lo que es el desarrollo de semillas genéticamente mejoradas vistas como un producto innovador para el campo por ofrecer características”.

Características que han dado mucho de qué hablar respecto a los daños ambientales y en la salud.

La Soya

Recientemente en nuestro país fue prohibida la cosecha de la soya transgénica en el estado de Yucatán, de acuerdo con AgroBio estas cosechas son necesarias ya que “aproximadamente el 93% del consumo nacional se satisface

con importaciones de soya provenientes de países como Estados Unidos o Canadá, Paraguay o Brasil, países en donde más del 90% de la soya que se cosecha y se exporta es genéticamente modificada, es decir, ya la estamos consumiendo”.

En este contexto, la mirada empresarial en este asunto es cosechar para dejar de importar y así ahorrar en la compra de este producto a otros países que lo producen no sólo para la alimentación humana, sino para otros fines como la alimentación de los animales destinados para consumo.

Esto nos habla evidentemente de una necesidad de satisfacer la alimentación no sólo humana por supuesto es muy importante o la más importante, pero también de aquellos ganados o de aquellos animales de los que obtenemos numerosos productos como la leche”, señala Monteagudo.

¿Necesidad alimentaria o necesidad empresarial?

Empresas como AgroBio, se han manejado con el discurso que de que los transgénicos podrían aminorar el impacto del hambre en el mundo, sin embargo, esta misma organización ha aceptado que no se trata de una mala distribución de los recursos, sin embargo, insisten en la necesidad de hacer un negocio fructífero con este tipo de siembras.

No es que no llegue esa producción de soya a quien la necesita, realmente en el país sólo producimos el 7% de lo que consumimos, tenemos que importar anualmente más de tres mil 500 millones de dólares”.

Impacto ambiental y a la salud

De acuerdo con estudios realizados por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el uso del herbicida glifosato, uno de los agroquímicos más utilizados a nivel mundial en el cultivo de transgénicos, puede causar cáncer en humanos.

El glifosato fue categorizado dentro del grupo 2A, la segunda categoría en peligrosidad de las cinco que clasifica el organismo, sólo detrás del asbesto y la radiación ionizante, utilizada en los Rayos X y la generación de energía nuclear, que se encuentran en el grupo 1ª, esto, de acuerdo con los parámetros de la OMS.

Sin embargo, AgroBio señala que cultivar transgénicos “reduce de manera importante la aplicación de agroquímicos”.

Por otro lado, Juan Fernando Rubio Quiroz, secretario de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados y Carlos Alvarez Flores, presidente de la organización “México, Comunicación y

Ambiente”, advirtieron que a 70 años del uso de plaguicidas, todos los hongos, bacterias e insectos han mutado y ahora son más resistentes.

Aseveraron que la utilización de químicos “mata de manera paulatina” la materia orgánica del suelo.

Es un ser vivo que necesita ser alimentado con nutrientes naturales, tiene un espesor de 40 a 80 centímetros y es el que alimenta al ser humano”.

Por su parte Monteagudo señala que se trata de una tecnología que permite acceder a cultivos de calidad” ya que es “una de las ventajas en términos ambientales por la siembra de estos cultivos”.

Al final, es el consumidor quien se decide por la compra de estos productos o no, aunque es necesaria la información respecto a qué productos contienen organismos modificados genéticamente. Con este objetivo, Greenpeace ha elaborado la “Guía roja y verde de alimentos transgénicos“, en la lista verde se encuentran aquellos productos cuyos fabricantes han garantizado que no utilizan transgénicos ni sus derivados en sus ingredientes o aditivos; en la roja están aquellos productos para los cuales Greenpeace no puede garantizar que no contengan transgénicos.

El Semanario

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