Campesinos utilizan sabiduría maya y cabañuelas para ciclo de cultivo en Yucatán

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Campesinos peninsulares utilizan el sincretismo de la sabiduría maya, basada en la observación de plantas y animales, así como la ciencia europea contenida en las cabañuelas para determinar el ciclo de cultivo y el empleo adecuado de semillas.

Para los mayas, las cabañuelas son parte de un práctica conocida como Xok k’íin, la cual no sólo lleva el registro de lo que pasa con el clima durante el primer mes del año, sino que observa el comportamiento de animales y plantas.

El agrónomo e investigador maya, Bernardo Caamal Itzá, destacó que en la actualidad, las cabañuelas -que permiten pronosticar el comportamiento del clima durante el año-, se han convertido en un juego de azar, por la falta de una adecuada observación y por el mal empleo de la técnica de registro del clima.

“El verdadero reporte de la cabañuelas consta de cuatro vueltas y comprende todo lo que pasa durante el mes de enero, no sólo durante la primera semana o vuelta.

“En la primera -del 1 al 12 de enero- se registra cuáles fueron las condiciones del clima día a día y a cada uno de éstos se les asocia con un mes: el día 1 con enero, el 2 con febrero, así hasta llegar al día 12 o diciembre.

“Luego, el conteo se da a la inversa -del 13 al 24 de enero- para cerrar un ciclo completo”, dijo el investigador a Notimex.

A su vez, del 24 al 30 cada día se asocia a un bimestre -el día 24 a enero y febrero; el día 25 a marzo y abril, así de manera consecutiva, después el día 31 corresponderá cada hora a un mes del año.

Añadió que el campesino que cumple con esta última vuelta utiliza 12 jícaras con sal, una por cada hora, lo que le permite observar cómo se comporta esta sustancia y determinar en qué mes habrá presencia de humedad.

“Una vez que se han tenido estos registros, podemos conocer las coincidencias y tener un primer punto de referencia de cómo evolucionaría el clima a lo largo del año”, citó.

Asimismo, el estudioso de la cultura maya comentó que esto no es suficiente en el Xok k’íin, también analizará el comportamiento de animales como las aves o la floración, para saber si habrá ciclos de sequía o de lluvias.

“Nosotros hablamos que tras analizar enero, tenemos otro estudio que determinamos de mediano plazo para un año y es el comportamiento animal, según la cosmovisión maya“, abundó.

Uno de estos animales es la calandria o yuya, animal que elabora sus nidos de tamaño corto, medio o largo, regularmente de un material seco o negro, pero en ocasiones suelen colocarles incrustaciones de material nuevo.

Un ejemplo son las combinaciones de nido corto y negro. Esto indica una entrada temprana de humedad, pero si tenemos que el nido es mediano y seco, entonces será intermedia, mientras que si es largo y negro, será tardía.

El especialista detalló que cuando la yuya emplea material verde o nuevo y el nido es corto, entonces además de una entrada temprana de humedad, esto señala que habrá un periodo de sequía. Este animal hace nidos entre finales de marzo y abril a mayo.

Otro elemento de asociación o fito indicador, es el jabín (Piscidia piscipula), árbol que florece entre febrero y marzo, florecimiento que si se incrusta entre sus hojas y son de color verde, significa que habrá entrada tardía de humedad.

Un tercer indicador, el cual se define de corto plazo, corresponde al andar de las hormigas. “Si vemos que éstas avanzan llevando a sus hijos de lugares bajos a altos, podemos adelantar habrá entrada de lluvias en menos de 48 horas y serán intensas“, mencionó.

Otro ejemplo, continuó, son las chachalacas (Ortalis vetula), “las cuales cantan entre las 06:00 y 09:00 horas, pero si lo hacen entre las 02:00 y las 04:00 horas, estos pronosticadores de corto plazo nos indicarán que habrán lluvias intensas”.

Expuso que esta información ayudará a determinar la humedad y el tipo de semilla de maíz a cultivar: hay semilla de ciclo corto que dura dos meses; de mediano plazo supera los dos meses, pero no llega a los tres meses, y de ciclo largo, con una duración superior a los tres meses.

Estos datos, apuntó, ayudarán a determinar el tipo de semilla a sembrar y la extensión de tierra que habrá de cultivar de cada uno de ellos, ya que “una milpa sin estudio del estado de tiempo, es una milpa en problemas”.

Caamal Itzá afirmó que estos tres mecanismos de observación son muy ajustados a las predicciones del clima, independiente de factores como el llamado cambio climático.

Refirió que existe una red de 12 productores milperos del sur del estado, así como investigadores y estudiantes de universidades, además de centros de estudios que trabajan en el levantamiento de esta información, la cual complementan con análisis satelitales.

El especialista trabaja en el levantamiento de esta información desde 2006 y dada la importancia del mismo, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) financió este proceso de información e investigación entre 2010 y 2013.

Ahora es un proyecto que los campesinos realizan con sus propios recursos y su efectividad es de un 70 por ciento, lo cual es especial, si hablamos del empleo de herramientas rústicas ancestrales, en las que se aplican los saberes mayas usados desde los abuelos.-

NTX

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