El precio de la soya, que el mes pasado alcanzó el nivel más alto en dos años, cayó el jueves, afectado por un retorno de los inversionistas; mientras que los precios del maíz y el trigo, muy deprimidos, se estabilizaron.
Estas últimas semanas, “el mercado compró demasiada soya con la expectativa de que nuestra producción sería insuficiente para paliar la falta en Sudamérica”, donde el clima al comienzo del año fue catastrófico en Brasil y Argentina, explicó Franck Cholly, de RJO Futures.
Pero a partir del 30 de junio el mercado se ha ajustado a los datos suministrados por el departamento estadounidense de Agricultura (USDA), que dan cuenta de áreas cultivadas y reservas de soya superiores a las previsiones y a las del año pasado.
“En esas condiciones, el clima favorable actualmente en Estados Unidos también influye sobre los precios”, explica Cholly. “Se asiste a una gran recuperación y los compradores comienzan a retirarse del mercado”, afirma.
Los precios del trigo, por su parte, ya están muy deprimidos, puesto que “la oferta es muy importante en el mundo”.
“Pero aún podemos estar lejos de tocar fondo”, dice Cholly, ya que “llegará el momento en el que los precios serán tan bajos que la demanda aumentará”.
En lo que atañe al precio del maíz, también relativamente barato en la actualidad, “habrá problemas para que aumente a raíz del clima”, estimó F. Cholly. “Nadie espera que falte maíz, a pesar de que las cosechas no son formidables este año”, matiza Jack Scoville, de Price Futures Group.
El bushel de maíz (alrededor de 25 kg) para entrega en diciembre cerró en 3.4850 dólares, contra 3.4825 dólares el miércoles.
El bushel de trigo para entrega en septiembre costaba 4.2550 dólares, contra 4.2850 dólares el miércoles y se encontraba en el nivel más bajo de un contrato de referencia en los últimos 10 años y medio.
El bushel de soya para entrega en noviembre se vendía a 10.2475 dólares.
AFP
