Científicos del Centro John Innes, en el Reino Unido, dan un paso decisivo hacia la comprensión de cómo inician las plantas la floración.
Este nuevo desarrollo revela un paso previamente no identificado en el proceso de vernalización, que une un gen importante responsable del momento de floración con las proteínas que lo regulan.
Este nuevo hallazgo podría contribuir al desarrollo de nuevas variedades de cultivos adaptados para producir los alimentos necesarios en un clima cambiante. Décadas de investigación ya han entrado en la comprensión del proceso de vernalización, cómo las plantas perciben los periodos de baja temperatura y recuerdan esta información con el fin de controlar el momento de la floración.
Esto asegura que las plantas eviten la floración durante los destructivos meses de invierno y salgan las flores durante los calientes meses de primavera y verano cuando tienen tiempo suficiente y luz solar para producir semillas. Por lo tanto, es de vital importancia entender la vernalización para el éxito de los cultivos comerciales.
Este importante proceso se basa en que las plantas recuerdan cuánto tiempo ha transcurrido en condiciones de baja temperatura mediante la modificación gradual de un gen específico que se encuentra en las células vegetales. Investigaciones anteriores han demostrado que la floración es suprimida por un gen llamado Floración Locus C (FLC).
Durante los periodos de temperatura fría, las proteínas alrededor de las cuales se envuelve el gen se modifican progresivamente y esto apaga la expresión del gen, permitiendo que la planta haga el cambio de la etapa de creciente a la etapa de floración.
Aunque la investigación previa ha identificado los reguladores involucrados en apagar el gen FLC, ningún trabajo había logrado averiguar cómo estos reguladores identifican su destino correcto. En este nuevo estudio, el equipo de científicos dirigido por la profesora Caroline Dean, del Centro John Innes, dejó que la genética les mostrara el camino.
Los científicos de este trabajo, publicado en Science, estudiaron una población de plantas mutadas y encontraron un individuo que no respondió correctamente al frío. Luego rastrearon dónde se produjo la mutación en este individuo y descubrieron que fue un solo cambio de pares de bases en el gen FLC.
Otros experimentos identificaron con éxito cómo la proteína VAL1 reconoce la secuencia de ADN dentro del gen FLC. En la planta que no pudo responder correctamente al frío, la mutación impidió ese reconocimiento, por lo FLC no pudo apagarse.
Dean subraya: “Este emocionante nuevo desarrollo ofrece el primer vistazo de cómo los reguladores en una célula identifican qué genes diana desconectar. En FLC, se reconoce una secuencia específica y sin esta secuencia no se suprime FLC y la planta nunca florecerá”.
HispanTV