Los menonitas de Salamanca produjeron cinco mil 820 toneladas de soya el año pasado, y dos mil 437 en 2016, convirtiendo al municipio de Bacalar en el mayor productor en el estado, y octavo a nivel nacional.
De acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, en 2017 se cultivaron en el municipio de Bacalar dos mil 850 hectáreas que consiguieron una producción de cinco mil 820 toneladas.
Dicha cantidad superó por mucho las 350 hectáreas que se sembraron en el municipio de Othón P. Blanco, porque se siniestraron 150 hectáreas y sólo consiguieron una cosecha de 396 toneladas del grano.
Ambos son los únicos municipios que se dedican a este cultivo en la entidad, por lo que el municipio bacalarense se encuentra liderando la producción del grano, con un volumen cada vez mayor.
En 2016 se cultivaron mil 910 hectáreas de soya y se cosecharon dos mil 437 toneladas en el municipio de Bacalar, casi cuatro veces menos que el año siguiente. En el municipio pompeyense se cultivaron 795 hectáreas y se cosecharon mil 450 toneladas del producto.
Ese mismo año, Quintana Roo se mantuvo en el lugar número nueve a nivel nacional, pero el año pasado escaló al octavo, en virtud de que se cultivó una superficie mayor de soya.
De acuerdo con datos del Atlas Agroalimentario, el estado se encuentra en el ‘top’ 10 en volumen de producción, donde se encuentra Tamaulipas, Sonora, Campeche, San Luis Potosí, Veracruz, Chiapas, Yucatán, Sinaloa y Nuevo León.
El cultivo de soya en el campamento de Salamanca de Bacalar, se ha mantenido bajo la sospecha de uso de transgénicos, lo que ha causado inconformidad y recursos legales por parte de productores apícolas de la zona, siendo una de las actividades principales de más de 22 localidades del municipio bacalarense, que consideran que el uso de fuertes agroquímicos acaban con la floración, de la cual depende la producción de miel.
SIPSE