En aumento que el Gobierno argentino aplicará a la mayor parte de las exportaciones de soya y de su aceite y harina derivados desincentivará las inversiones y probablemente hará caer la producción del grano en el país, dijeron el miércoles productores y analistas.
Argentina, el mayor exportador mundial de aceite y harina de soya y el tercero del poroto sin procesar, anunció el martes que subirá a 33%, desde el 30% actual, la tasa al embarque de los productos del complejo sojero proveniente de los grandes productores del país, que concentran el 77% de la cosecha.
El anuncio se produjo tras varios días de negociaciones entre el Gobierno del presidente argentino Alberto Fernández y las principales entidades rurales de Argentina, en momentos en que el país reacomoda sus cuentas debido a que busca renegociar una deuda soberana de cerca de 100.000 millones de dólares.
En la próxima campaña “el área sembrada podría caer en 1 millón de hectáreas, particularmente debido a este incremento en el impuesto. Eso podría significar un recorte de 3 millones de toneladas en Argentina”, dijo Pablo Adreani, titular de la consultora AgriPac con sede en Buenos Aires.
La decisión del Gobierno de incrementar la tasa se produce en momentos en que los agricultores argentinos ya sembraron la totalidad de su soya 2019/20, cuya cosecha la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) prevé en 54,5 millones de toneladas, con un área de 17,4 millones de hectáreas.
Si bien el impuesto es aplicado a los embarques de la soya y su aceite y harina derivados, las compañías agroexportadoras trasladan el costo de la tasa al precio que le pagan a los productores locales, por lo que un alza en el gravamen impactaría en su rentabilidad.
En tanto, si bien Argentina dijo que subirá el impuesto a los grandes agricultores, también señaló que mantendrá o recortará hasta 20% la actual tasa del 30% a los productores de menor escala, que concentran el 23% de la producción de la oleaginosa del país.
“Nos vamos con un sabor amargo por el aumento de los derechos de exportación”, dijo el miércoles el titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Daniel Pelegrina, según un comunicado difundido por la entidad rural, una de las cuatro más importantes del país.
El gravamen sobre las exportaciones del complejo sojero es uno de los principales ingresos de Argentina, donde actualmente se encuentra una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) -el principal acreedor de la monumental deuda argentina- para interiorizarse del plan económico del Gobierno de Fernández.
Según datos del ente de estadísticas del Estado argentino, el país sudamericano realizó exportaciones de soya y de sus productos derivados por un total de cerca de 15.700 millones de dólares en 2019.
El incremento “quebrará el negocio de muchos productores, especialmente aquellos a más de 400 kilómetros de los puertos”, dijo David Hughes, un agricultor de la provincia de Buenos Aires, haciendo referencia a los elevados costos de transporte en Argentina, donde casi todos los granos se mueven en camión.
