Consolidan INIFAP y CIMMYT estrategia de investigación y desarrollo de tecnología para contribuir a la autosuficiencia alimentaria
Como parte de la nueva etapa de apoyo al sector agrícola del país, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) establecieron una estrategia de colaboración al 2030, que abonará a la conservación de recursos, la rentabilidad y sustentabilidad de la producción agrícola y la autosuficiencia alimentaria.
Ambos organismos integrarán equipos de trabajo conjuntos por cultivo en temas como el mejoramiento genético por zona agroecológica, recursos genéticos (incluye bancos de germoplasma, biodiversidad), prácticas agronómicas sustentables, agroecología y sistemas de producción.
Además, desarrollarán proyectos sobre agronomía (agricultura de conservación, fitosanidad, agroecología), sustentabilidad y cambio climático, poscosecha (manejo, almacenamiento, conservación y procesamiento) y socioeconomía (cadenas de valor, rentabilidad, regalías).
En los últimos tres años, el INIFAP y el CIMMYT han firmado más de 85 convenios de colaboración, en beneficio directo de productores de pequeña y mediana escala de maíz y trigo, informó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
Precisó que la mayor parte de los proyectos de investigación se llevan a cabo en las regiones centro, Pacífico sur y Noroeste, lo cual es un referente de que la colaboración científica y tecnológica es cada vez más estrecha, con la integración de agendas de trabajo y líneas de investigación de atención directa a los temas del sector agrícola.
Los resultados, señaló, inciden en el desarrollo de una agricultura sustentable y el fortalecimiento de la seguridad alimentaria en granos básicos del país, con la vinculación de los agricultores a la innovación, las tecnologías y el acompañamiento técnico.
La dependencia indicó que cada año se celebran entre 24 y 28 convenios. Los temas que se han trabajado son maíz híbrido, maíces nativos, trigo, frijol, agricultura de conservación, manejo de plagas y forrajes, y la conservación y aprovechamiento de bancos de germoplasma y la biodiversidad.
Esto ha dado como resultado una mayor eficiencia en la investigación y la innovación, en favor de la rentabilidad y sustentabilidad de la producción agrícola y la autosuficiencia alimentaria.