Cultivo del ajo ‘sobrevive’ en Viesca

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Cada año alrededor de 30 campesinos de Viesca, Coahuila siembran 12 hectáreas de ajo, como una alternativa para seguir dedicándose a la agricultura, actividad mermada ya que cada vez tienen menos posibilidades de contar con créditos blandos.

Cada uno siembra lo que es un cuarto de hectárea, unos un poco más, depende de su capacidad económica, porque les cobran 22 pesos con 50 centavos, por hora de agua usada de una noria que es de la Presidencia Municipal que se encuentra en el recreativo Juan Guerra.

“El ajo se cuida solo, no es atacado por animales del campo, precisamente por el olor y menos por el hombre”.

“El cultivo requiere de alrededor de nueve riegos, aunque no es mucha el agua, sino que se le dicen riegos porque de alguna manera, cual si fuera riego por goteo o aspersión se les tiene que poner agua, como a las macetas”, explicó, Manuel de Jesús Lastra López.

El cultivo del ajo es invernal, en Viesca se realiza en pequeña escala, se siembra del primero al 20 de octubre de cada año y se cosecha en abril del siguiente año, lo cierto es que aguanta mucho el frío, aunque se registren heladas o nevadas, no les afecta.

Al igual que cualquier otro cultivo, se prepara la tierra con barbecho o “arrope” como se le conoce en el argot de los campesinos o ejidatarios.

“El tractor revuelve la tierra, después se le aplica un ‘rastreo’ (con rastras o accesorios agrícolas), para moler la tierra, luego se le da una nivelada a los cuadros, o superficies a sembrar, lo más parejo que se pueda, con el fin de contener el agua, luego que vengan los riegos”.

Señaló que después se trazan o rayan los surcos con una distancia de 20 centímetros para lo cual ya deben estar preparadas las semillas (que no son más que ‘dientes’ de ajo selecciona dos en su momento), que serán sembradas a 10 centímetros de distancia a una profundidad de tres centímetros.

El primer riego de aniego es a los 12 días de haber sembrado, luego a otros 12 días vienen los nueve de auxilio (en un lapso de 21 días), después se deja para que se desarrolle en un lapso de seis meses y medio para luego cosechar la producción.

“El ajo se cuida solo, no es atacado por animales del campo, precisamente por el olor, y menos por el hombre, pues es muy difícil cosecharlo, requiere de un talache para sacarlo de la tierra”.

Milenio

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