Empresas productoras de semillas genéticamente modificadas confían en que este mismo año se otorguen los permisos para la siembra comercial de maíz.
Alejandro Monteagudo, director general de AgroBio México, que agrupa a las principales empresas productoras de semillas, confió en que antes de que inicie el ciclo otoño invierno, entre octubre y diciembre, se otorguen los primeros permisos para la siembra comercial de maíz transgénico.
Considera que este tipo de tecnología debe quedar contemplada dentro de la reforma profunda al campo, dejando en claro que ningún productor estará obligado al uso de estas semillas y dependerá de sus necesidades el que la use o no, aunque por el momento está descartado dentro del plan por motivos políticos.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa),actualmente México enfrenta un déficit comercial de 10 millones de toneladas al año en cuanto a maíz.
Ante la insistencia de algunas organizaciones de la sociedad civil en el sentido de no permitir el uso de estas semillas, señaló que en México se tiene un marco regulatorio suficientemente estricto a nivel internacional, así como ordenamientos en términos de infraestructura para evaluar cada una de las solicitudes, mismas que han demostrado no representar peligro de contaminación.
A la fecha existen 70 solicitudes para la siembra de maíz genéticamente modificado en sus diferentes etapas en el norte del país, de las cuales 13 son para iniciar la siembra comercial del grano, mismas que deberán estar otorgadas en los próximos 3 meses para que se aproveche el ciclo agrícola.
“Ante la necesidad de incrementar la productividad, combatir plagas, malezas, sequías más prolongadas y heladas atípicas, la biotecnología representa una buena opción para aventajar”, señaló el empresario.
CAMBIO DE MENTALIDAD
Al respecto, Javier Valdés, director general de Syngenta México, consideró que las autoridades tienen suficientemente claro que el desarrollo del campo mexicano va a ser a través de la tecnología, por lo que se deben dejar de lado los intereses políticos y tomar en cuenta los argumentos científicos, que dijo, son irrefutables.
Dijo que la biotecnología es parte de la respuesta para incrementar la productividad, que combinada con herramientas de procesos productivos y cerrando con la cadena de valor, ayudará a resolver el problema de productividad en el campo mexicano para el mediano y largo plazos.
“La biotecnología es una de las herramientas para reducir riegos y hacer más segura la productividad porque es una tecnología que le ayuda al agricultor a ser más eficiente en su proceso productivo;tenemos ya claros los beneficios en el caso del algodón que tiene ya muchos años produciéndose en México y económicamente ha regresado porque anteriormente había desaparecido al no ser viable producirlo debido a la presión que tenía de las plagas y las condiciones climáticas”, señaló el empresario.
Anualmente México importa en promedio 10 millones de toneladas de maíz de Estados Unidos, país cuya producción es 85 por ciento transgénica, y que es usada principalmente por la industria y donde el sector pecuario no ha reportado hasta el momento afectaciones a la salud, sin mencionar que ese maíz se utiliza en productos que importamos.
Al respecto, Valdés consideró que es necesario desarrollar investigación en función de las necesidades de los diferentes actores, “el agricultor es a final de cuentas quien sufre de los problemas de plagas, o factores climáticos”, dijo.
MODERNIZAR AL SECTOR
Por su parte Roberto Giesemann, director de DuPont Protección de Cultivos, consideró que el uso de la ciencia y la tecnología en un país que está en desarrollo es importante, pues estos elementos son equivalentes a modernizar el sector.
“La sociedad requiere del uso de la ciencia y la tecnología para poder efectivamente lograr aumentar la productividad en el campo; va más allá de un particular político o de ciencia, todos hoy vivimos mejor de lo que vivían nuestro antecesores porque hacemos uso de la biotecnología y esa tecnología está ahí para traer beneficio a la sociedad”, dijo en entrevista.
De acuerdo con las empresas trasnacionales, el uso de semillas genéticamente mejoradas permitiría el incremento de la productividad de entre 10 y 15 por ciento en términos generales en promedio, lo cual significa que si un agricultor tiene 10 toneladas por hectárea de rendimiento, puede tener una adicional, lo cual en término de retorno de la inversión es muy alto.
El Financiero