El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) autorizó una bolsa de tres millones de pesos para el proyecto encabezado por el investigador del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores en Monterrey (ITESM) en Puebla, Said Robles Casolco, que consiste en un fertilizante orgánico.
La invención se basa en el uso de la piedra pómez como agente para la transmisión de nutrientes y elementos biológicos a las plantas. El fertilizante es producto de la mezcla de potasio, manganeso y azufre, los cuales se emplean como sustrato para enriquecer a la piedra pómez.
De acuerdo con el proyecto, la piedra pómez absorbe los nutrientes y actúa como un fertilizante que alimenta a la tierra de cultivo, liberando poco a poco los elementos que las plantas requieren durante su crecimiento.
El proyecto encabezado por Robles Casolco se empleará para la producción de maíz en Veracruz, donde se probará el fertilizante 100 por ciento orgánico y 30 por ciento más económico.
Said Robles Casolco, miembro de la Escuela Nacional de Ingeniería del ITESM, destacó que es momento de que los inventores amplíen su visión y no sólo se enfoquen al desarrollo tecnológico o científico.
“Es necesario que desde que generan una idea, la conciban como un producto, como una aplicación que debe llegar a la comercialización”.
El investigador llamó a los inventores independientes a acercarse a las oficinas de transferencia de tecnología, y así consolidar su trabajo por medio del patentes, vincularse con científicos y académicos, así como obtener fondos por parte de entidades nacionales como el Conacyt.
Para el académico, es necesario cambiar el paradigma del inventor: “¿qué sucede con todas las patentes, se quedan sólo en el registro, cómo aportan un valor agregado a la iniciativa privada, realmente el inventor obtiene un beneficio?”.
Señaló que una invención es exitosa si responde a demandas y necesidades del mercado, si es viable técnica e industrialmente y si cuenta con investigación que le brinde innovación.
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