Gran preocupación existe en la zona ribereña de la entidad, ya que vientos huracanados que llegaron acompañados de una fuerte lluvia ocasionaron que miles de hectáreas de maíz se acamaran (recostaran sobre el suelo), lo que generó incertidumbre entre un nutrido grupo de agricultores afectados.
Gil Alberto Olivares, técnico de campo del Fondo de Aseguramiento “Proagro”, señaló que se calcula que en los Municipios ribereños fueron alrededor de dos mil hectáreas las que resultaron afectadas, pero en su gran mayoría, los sembradíos que literalmente están en el suelo, que esperan se vuelvan a levantar para continuar con su desarrollo normal, sin embargo, algunos productores tendrán siniestros parciales, porque en algunos casos la caña se quiebra y es imposible que produzca en esas condiciones.
El especialista, destacó que los afectados están dando vista al seguro agrícola, pues temen que sus cultivos vayan a tener algún siniestro parcial, los fuertes vientos huracanados, al que otros llamaron una tromba, “acamó” cultivos en los Municipios de Díaz Ordaz, Camargo y Miguel Alemán, donde se ha venido llevando a cabo la evaluación respectiva.
Indicó que debido a que las tierras estaban muy húmedas y el disturbio climatológico llegó acompañado por fuertes lluvias, los cultivos no soportaron la presión del aire y cedieron para quedar acostados, la ventaja es que aún no están en elotes, porque de otra forma difícilmente podrían levantarse ante el peso del fruto, “creemos que los daños serán mínimos, sólo habrá pérdida en los sembradíos que se hayan quebrado, pero la mayoría de los cultivos se recuperará”, externó.
Precisó que los representantes de las aseguradoras o fondos, anduvieron activos realizando visitas de campo, en tanto que los agricultores afectados hicieron el reporte correspondiente para que se tomara nota del posible siniestro provocado por el fenómeno natural, en el área de Valadeces, los ejidos Nuevo Cadillo, el oriente de Camargo y algunas áreas de Miguel Alemán, se registraron “acames” de maíz.
El Mercurio
