Sabemos bien que el maíz es nuestra base de alimentación como mexicanos. Cuentan las leyendas que provenimos del maíz mismo, o sea, que somos unos “hijos del maíz”.
Lo importante es resaltar la conexión que tenemos con ese maíz y como hemos ido poco a poco perdiendo la tradición de un buen maíz criollo sin semilla modificada genéticamente y sin faltarle el respeto a la tierra con tanto químico.
Dentro del maíz criollo, habemos quienes amamos el MAÍZ AZUL, por buenas razones nutricionales que quizás desconocemos.
El maíz azul recibe su color de las antocianinas que, al igual que a las moras y los arándanos, tiene altos en compuestos antioxidantes. Como sabemos estos compuestos tienen propiedades anticancerígenas, antiinflamatorias y evitan la degeneración de las neuronas. Además, su índice glucémico es menor por su bajo contenido en almidón. También tiene un muy buen balance en aminoácidos, por lo que tiene alto contenido protéico.
En el DF podemos encontrar en casi cada esquina un puesto de quesadillas, tlacoyos y chalupas con masa de este hermoso maíz, pero en otras partes del país no es tan fácil. En Monterrey son muy pocos los restaurantes y tiendas donde se encuentran platillos o productos de maíz azul. Estos lugares han traído un nuevo descubrimiento a quienes gustan de diversidad en colores, sabores, texturas y tradiciones.
Sorprende a la familia, cambia por maíz azul y prueba experiencias nuevas.
El Financiero
