Mejoran la calidad de la lechuga al modificar las condiciones de cultivo

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En la actualidad, va en aumento la demanda por parte de los consumidores de productos sanos y nutritivos que mejoran el rendimiento físico, reducen el riesgo de enfermedades y aumentan la duración de vida. Por tanto, la comunidad científica está redoblando sus esfuerzos en conseguir alimentos con mejor calidad nutracéutica: cantidad de minerales, proteínas, hidratos de carbono, compuestos antioxidantes, vitaminas, etc.

Hay diferentes maneras para mejorar esa calidad, entre las que se encuentra la modificación genética, pero un estudio reciente de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha concluido que es posible mejorar la calidad de la lechuga modificando las condiciones de cultivo sin perder productividad.

El objetivo de este estudio ha sido “investigar si un cambio en las condiciones de cultivo puede incrementar la calidad nutracéutica en dos cultivares de lechuga diferenciados por su pigmentación (lechugas verdes y rojas). El cambio en las condiciones de cultivo consistió en someter a las plantas a estreses de corta duración, ya que lo importante es no perder productividad”, explica la doctora Usue Pérez-López del departamento de Biología Vegetal y Ecología de la UPV/EHU y autora principal del trabajo.

Como muchos compuestos nutracéuticos realizan funciones de defensa en las plantas, “si a las plantas se les aplican condiciones de estrés (como, por ejemplo, regándolas con agua salinizada, sometiéndolas a una alta intensidad de luz o trabajando con concentraciones elevadas de CO2) —añade—, se intensificarán esas defensas y, en consecuencia, se potenciarán sus cualidades antioxidantes”.

La investigadora Usue Pérez junto a una de las cámaras de crecimiento de plantas en condiciones controladas del laboratorio. (Foto: Usue Pérez / UPV/EHU)
La investigadora Usue Pérez junto a una de las cámaras de crecimiento de plantas en condiciones controladas del laboratorio. (Foto: Usue Pérez / UPV/EHU)

Los resultados de la investigación demuestran que la producción de biomasa y la calidad nutricional de la lechuga pueden ser modificadas pero la respuesta es dependiente del cultivar, y la elección de la mejor técnica de cultivo (usar elevada intensidad de luz o agua salada solas, o acompañadas del elevado CO2) depende de las características de la lechuga que se quiera modificar.

Este estudio ha sido realizado a nivel de laboratorio, pero “nos gustaría poder llegar a probarlo en invernaderos”. En adelante, seguirán estudiando el comportamiento de las lechugas bajo diferentes combinaciones de condiciones, para obtener una mayor capacidad antioxidante en ellas, y barajan ciertas hipótesis que quieren demostrar en futuros estudios.

UPV/EHU

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