Estudiantes del Instituto Tecnológico Superior de Motul diseñaron un sustrato orgánico a base de los residuos que genera el bagazo del henequén, el cual permite mejorar el aprovechamiento del agua y la calidad del suelo.
Bajo el nombre de Emverte, la coordinadora del proyecto, Casandra Valencia Tapia, explicó que el mal olor que deja el bagazo de la penca de henequén al ser desfibrado permitió pensar en la idea de aprovechar ese residuo para evitar contaminación y al mismo tiempo mejorar la eficiencia productiva.
Empleado con éxito en plantaciones de cítricos de la región centro del estado, así como en algunas plantas de ornato y árboles frutales diversos, el sustrato orgánico ha permitido mantener la humedad del suelo y mejorar la calidad de las tierras de cultivo agrícola, sin el uso de agroquímicos y fertilizantes.
En esta zona, recordó, existen muchas desfibradoras, si no se le da uso deja mal olor, por eso se estudiaron sus propiedades y luego de ello se decidió mezclarlo con la tierra que se tenía al alcance y funcionó perfectamente como un abono orgánico.
La estudiante de la carrera de Ingeniería en Energías Renovables explicó que antes de empezar en comercializarlo “hemos realizado diversos análisis de sus propiedades y comprobamos como mantiene la humedad del suelo y mejora el crecimiento de cultivos intensivos en los plantíos”.
Mencionó que junto con Daniela Chai y Nuvia Noh se alistan para comercializar este producto, por lo que han recibido apoyos estatales del programa Micronegocio, a fin de que puedan empaquetarlo y comercializarlo a corto plazo tanto a nivel local como en los principales mercados de producción agrícola.
Indicó que aun cuando se ha probado la eficiencia del producto los procesos de investigación continúan a fin de determinar en qué tipo de suelos puede mejorar la eficiencia de este producto, así como el tipo de cultivos.
Empero, insistió que el ahorro de agua es una ventaja competitiva por encima de otros abonos orgánicos.
NTX
