Conejos, esenciales en la antigua ciudad de Teotihuacán, revelan

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Los nativos de la antigua ciudad de Teotihuacán, que hoy en día es un Patrimonio de la Humanidad en la moderna Ciudad de México, probablemente criaban conejos para alimentarse y usaban sus huesos como herramientas, revelaron investigadores.

El estudio publicado en la revista científica PLOS ONE muestra uno de los primeros ejemplos conocidos de crías de mamíferos pequeños por parte de esta cultura que vivió entre los siglos I y VII A.C.

“Como no había mamíferos grandes como cabras, vacas o caballos en el México pre-hispánico, muchos asumían que los nativos americanos no tenían el tipo de relaciones con los animales como las que cultivaron las sociedades del Viejo Mundo”, dijo el principal autor del estudio, Andrew Somerville, de la Universidad de California en San Diego.

“Nuestros resultados sugieren que los habitantes de la antigua ciudad de Teotihuacán establecían relaciones con fauna pequeña y diversa, de conejos a liebres, y que éstas pueden haber sido tan importantes como las relaciones con animales más grandes”.

En el sitio se han realizado numerosas excavaciones arqueológicas. Con un área de unos 20 kilómetros cuadrados y una población de cerca de 100 mil habitantes, Teotihuacán fue el mayor centro urbano de su tiempo, señaló el estudio.

Los análisis muestran que los conejos silvestres eran los mamíferos más comunes en la zona y comprenden un 48 por ciento de todos los restos de fauna identificados cerca de un complejo residencial llamado Oztoyahualco.

“Los altos niveles de fosfato en el suelo (de algunas viviendas) sugieren la presencia de materia fecal desintegrado o sangre proveniente de carnicerías”, señala el estudio.

Los investigadores también hallaron cuchillos de obsidiana, numerosos huesos de patas de conejo y muros bajos de piedra que podrían haber sido usados como corrales.

También hay una “escultura de piedra única que representa a un conejo” en un patio público cercano.

El estudio sugiere que los aldeanos cazaban los conejos en los campos de calabaza, maíz y frijoles. Se han visto prácticas similares en otras culturas prehispánicas de la época.

Pero salvar los cultivos no es la única razón que explica este alto número de restos de conejos, señala.

Los análisis de isótopos de carbono estable y oxígeno de 134 restos de conejos de la antigua ciudad, comparados con 13 especímenes modernos del centro de México, mostraron que los que vivían en el complejo residencial se alimentaban de cultivos humanos como el maíz, lo que sugiere que la población de Oztoyahualco los alimentaba y criaba.

Esto significa que probablemente la gente alimentaba a los conejos con sus excedentes de maíz y otros cultivos y los criaba para alimentarse.

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