Monterrey.- Con la llegada a nuestro estado de dos nuevas variedades de la semilla de soya, la Vernal y la Otoño, las opciones de cultivos que generen ganancias competitivas a los productores neoloneses van en crecimiento.
Para mostrar los rendimientos de este tipo de semilla, el delegado de la Sagarpa en Nuevo León, Fermín Montes, y directivos de la empresa Ragasa, cosecharon ante productores una pequeña parte de las hectáreas de un terreno de soya en Anáhuac.
“Es muy importante este tipo de acciones porque van despertando una idea en los productores, una alternativa que representa posibilidades, esta región ha cambiado de algodonera y maicera, y ojalá con los resultados se pueda cambiar a la soya porque tiene mucho mejor resultado económico que otros cultivos”, señaló Fermín Montes.
Hasta ahora, el cultivo de soya no se sembraba en Nuevo León debido a que las semillas existentes no se adaptaban al tipo de tierra, pero hace 5 años se encontraron en el Valle de Texas estas dos variedades que fueron bien aceptadas en las tierras de nuestra región.
“Para que un cultivo sea exitoso se requieren dos grandes factores, el primero es que agronómicamente el cultivo se adapte, y el segundo factor es que exista mercado. Estas variedades se adaptaron a las condiciones de la zona y se han logrado rendimientos sobresalientes”, dijo Francisco Belden, director de abastecimientos de Ragasa.
Este año, Estados Unidos espera una cosecha promedio de 3.3 toneladas por hectárea; con la variedad Vernal, existe ya un récord en el norte de Tamaulipas, donde se han logrado levantar 5 toneladas por hectárea.
Los resultados de la cosecha en el terreno de Anáhuac arrojaron que se logró un promedio de 4.169 toneladas por hectárea, lo cual de acuerdo a Belden es una cifra muy buena, considerando que está arriba del promedio que tienen en el país vecino.
El modo en que se aprovecha la semilla de soya es: en aceite, en un 19 por ciento; pasta, que sirve para crear alimentos para aves y cerdos, en un 74 por ciento; y cascarilla, la cual se usa con animales no monogástricos, como los bovinos, en un 7 por ciento.
“México produce menos de 400 mil toneladas de frijol soya, entonces somos dependientes del mercado internacional, además, con este cultivo el gobierno no requiere dar tanto soporte, entonces hay un ahorro por parte del gobierno; otra ventaja es que hay un ahorro de divisas, con ese frijol soya que estamos importando se van a reducir las importaciones, con la consecuente ventaja de menos fuga de divisas para el país”, apuntó Belden.
Actualmente la empresa Ragasa trabaja con 45 productores locales; tiene dos plantas, una en Matamoros y otra en Monterrey, y se está construyendo una tercera en la autopista a Cadereyta, la cual tendrá una capacidad de hasta 7 mil toneladas diarias de molienda de frijol soya.
Milenio