El Laboratorio de Cultivo y Nutrición de Crustáceos, del Instituto Tecnológico de Boca del Río (Itboca) —que forma parte del Tecnológico Nacional de México (Tecnm)—, es la materialización del esfuerzo de los investigadores por integrar a la sociedad un esquema de acuacultura sustentable, además del cuidado y preservación de especies acuáticas en peligro de extinción. Desde su formación en el 2002, en sus instalaciones se han gestado diversas investigaciones orientadas al beneficio del sector pesquero y acuícola del país.
Actualmente, los especialistas del laboratorio trabajan en el desarrollo de la tecnología de cultivo de camarones de ornato, como estrategia para disminuir la sobreexplotación de especies, propuesta que consiste en aplicar una cultura de cultivo, en lugar de capturas y depredación del medio ambiente.
Las investigaciones generadas dentro del Laboratorio de Cultivo y Nutrición de Crustáceos son, en su totalidad, colaboraciones de los catedráticos con los alumnos de maestría y doctorado del Itboca, con el doble propósito de formar recursos humanos de alta calidad, capaces de dar seguimiento a las investigaciones y generar avances para resolver problemas ambientales.
Un espacio de investigación
Antes de funcionar como el Laboratorio de Cultivo y Nutrición de Crustáceos, inició como respaldo del proyecto para “Evaluar la calidad nutrimental de dietas experimentales para el cultivo de camarón”, a cargo de la doctora Martha Patricia Hernández Vergara, actual jefa del laboratorio.
Para adecuar las instalaciones, la doctora Patricia Hernández solicitó recursos a la Dirección General de Educación en Ciencia y Tecnología del Mar, instancia a la que entonces dependía el Itboca. Tras años de funcionar como un área de producción e investigación acuícola, en 2007, con la incorporación del Itboca a la Dirección General de Educación Superior Tecnológica, el recinto toma el nombre oficial de Laboratorio de Cultivo y Nutrición de Crustáceos.
Martha Patricia Hernández es especialista en nutrición acuícola y profesora de los posgrados en acuacultura del Itboca. En el 2002, se integró al equipo de trabajo de la entidad académica veracruzana, por medio del programa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) de Retención, dirigido a investigadores jóvenes.
“Mi incorporación al instituto derivó del interés por consolidar el grupo de investigadores que se estaba formando como producto de la apertura de la maestría en ciencias en acuacultura, por lo que necesitaba un espacio destinado al desarrollo profesional de los estudiantes a mi cargo, para que pudieran desarrollar proyectos de investigación”.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, la investigadora agregó que la creación del laboratorio resultó alentadora y favorable, debido a la diversidad de decápodos presentes en las costas del estado de Veracruz.
Actualmente, Martha Patricia Hernández se desempeña como jefa del Laboratorio de Cultivo y Nutrición de Crustáceos, encargada de la generación de propuestas de investigación y la búsqueda de fuentes de financiamiento para el desarrollo de proyectos. De igual manera, colabora con el doctor Carlos Iván Pérez Rostro, investigador del Itboca, en el rubro de la asesoría al sector social y privado interesado en incursionar en la acuacultura, a través de cursos de capacitación y transferencia de tecnología.
Comprometidos con la conservación
El área de estudio del laboratorio está enfocada en la preservación de decápodos, mediante las distintas líneas de investigación que benefician la acuacultura de especies locales y comerciales.
Uno de los trabajos representativos del laboratorio es el programa permanente de protección al cangrejo azul (Cardisoma guanhumi), especie distintiva del estado de Veracruz por su valor comercial. De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), los registros de producción del cangrejo azul han disminuido desde 1996, debido al desarrollo urbano y turístico en las zonas de reproducción, por lo que en 2015 la instancia determinó una veda temporal en aguas marinas federales contiguas al estado de Veracruz, que comprende del 15 de agosto al 30 de septiembre de cada año.
Sumados a los esfuerzos por conservar la especie, el Laboratorio de Cultivo y Nutrición de Crustáceos se unió en el 2007 a la campaña por la preservación, preocupados por la disminución progresiva de las migraciones de las hembras de la especie al mar, para reproducirse y desovar.
“A partir del 2009, iniciamos el estudio biológico de la especie, hábitos alimenticios, comportamiento en cautiverio y aspectos fisiológicos, que permitieron tener bases biotecnológicas para el cultivo y mantenimiento en cautiverio de este cangrejo tan emblemático y cotizado en el estado de Veracruz y a lo largo de la zona costera del golfo de México”, precisó Martha Patricia Hernández.
Recientemente, los investigadores se han encaminado por el desarrollo de tecnología para el cultivo de camarones de ornato, para reducir la explotación de algunas especies, como los Lysmata sp. El proyectó contempló tres especies: camarón pimienta (Lysmata wurdemanni), camarón limpiador (L. amboinensis) y camarón camello (Rhynchocinetes durbanensis); las evaluaciones en estos ejemplares determinaron el diseño apropiado para las incubadoras, considerando características como la dinámica de las corrientes, requerimientos de iluminación y estadios larvarios.
“Los avances a la fecha se han encaminado a determinar sus requerimientos nutrimentales para reproducción y durante su desarrollo larvario y juvenil. Los resultados nos permitirán proponer paquetes tecnológicos para la producción controlada y sustentable”, enfatizó la investigadora.
Mejoramiento genético
El doctor Carlos Iván Pérez Rostro, investigador del Itboca, colabora en el área de selección y mejoramiento genético de especies dentro del Laboratorio de Cultivo y Nutrición de Crustáceos. Uno de sus trabajos está orientado a la selección de familias y mejoramiento genético del acocil (Procambarus acanthophorus), que contribuyan a incrementar la ganancia de peso de los organismos que, bajo condiciones de cultivo, poseen un peso bajo.
El acocil es un crustáceo nativo de Veracruz, y de acuerdo con las observaciones de los especialistas del laboratorio, debido a sus características biológicas de adaptación, cuenta con un alto potencial acuícola. Asimismo, ahora cuentan con información acerca de su potencial reproductivo, fecundidad y tasa de nacimiento, parámetros que son importantes para su cultivo.
El Laboratorio de Cultivo y Nutrición de Crustáceos trabaja en conjunto con el Laboratorio de Mejoramiento Genético y Producción Acuícola, a cargo del especialista Carlos Pérez, quién se ha enfocado en el uso de tecnologías sustentables para la acuacultura, como es el caso de Biofloc, que consiste en el uso de microbios para evitar los recambios de agua.
“Generalmente todos nuestros proyectos salen de la idea de solucionar una problemática con el entorno. Hemos buscado reproducir crías de especies en condiciones de laboratorio, hasta el momento hemos obtenido resultados exitosos, ya que las dos especies que trabajamos (pez payaso y camarón pimienta), ya se reproducen y se obtienen crías en cautiverio”, detalló el investigador.
“Los avances a la fecha se han encaminado a determinar sus requerimientos nutrimentales para reproducción y durante su desarrollo larvario y juvenil. Los resultados nos permitirán proponer paquetes tecnológicos para la producción controlada y sustentable”, enfatizó la investigadora.
Mejoramiento genético
El doctor Carlos Iván Pérez Rostro, investigador del Itboca, colabora en el área de selección y mejoramiento genético de especies dentro del Laboratorio de Cultivo y Nutrición de Crustáceos. Uno de sus trabajos está orientado a la selección de familias y mejoramiento genético del acocil (Procambarus acanthophorus), que contribuyan a incrementar la ganancia de peso de los organismos que, bajo condiciones de cultivo, poseen un peso bajo.
El acocil es un crustáceo nativo de Veracruz, y de acuerdo con las observaciones de los especialistas del laboratorio, debido a sus características biológicas de adaptación, cuenta con un alto potencial acuícola. Asimismo, ahora cuentan con información acerca de su potencial reproductivo, fecundidad y tasa de nacimiento, parámetros que son importantes para su cultivo.
El Laboratorio de Cultivo y Nutrición de Crustáceos trabaja en conjunto con el Laboratorio de Mejoramiento Genético y Producción Acuícola, a cargo del especialista Carlos Pérez, quién se ha enfocado en el uso de tecnologías sustentables para la acuacultura, como es el caso de Biofloc, que consiste en el uso de microbios para evitar los recambios de agua.
“Generalmente todos nuestros proyectos salen de la idea de solucionar una problemática con el entorno. Hemos buscado reproducir crías de especies en condiciones de laboratorio, hasta el momento hemos obtenido resultados exitosos, ya que las dos especies que trabajamos (pez payaso y camarón pimienta), ya se reproducen y se obtienen crías en cautiverio”, detalló el investigador.