Trabaja México en revertir procesos de degradación de suelos agrícolas en pro de la seguridad alimentaria

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La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural presentó el Mapa de Suelos Afectados por Salinidad en México, que es un esfuerzo conjunto con la Alianza Mundial por el Suelo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y forma parte de las acciones de la dependencia federal de actualización de los estimados de afectación para impulsar una iniciativa de manejo sostenible de este recurso.

Con este primer esfuerzo de mapeo digital, se encontró que en todos los ecosistemas se encuentran áreas afectadas por salinidad, principalmente en los primeros 30 centímetros de suelo.

Durante el Conversatorio entre expertos: Suelos agrícolas afectados por salinidad, enfocado a analizar las causas y consecuencias de esta problemática y sus posibles soluciones, se discutió la problemática nacional en torno a la salinidad, el origen de este problema y algunas estrategias que se implementan en algunas regiones del país.

Con este encuentro inició una serie de actividades relacionadas con la conmemoración del Día Mundial del Suelo organizadas por la Secretaría de Agricultura y la Agencia Alemana de Cooperación para el Desarrollo (GIZ).

La directora general de Políticas, Prospección y Cambio Climático de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Sol Ortiz, al dar la bienvenida a los participantes subrayó la importancia del tema de la salinidad en los suelos agrícolas del país.

El profesor investigador del Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y moderador del conversatorio, Mario Guevara, presentó el contexto nacional de los suelos agrícolas afectados por la salinidad, con base en las estimaciones recientes aportadas por el Mapa de Salinidad elaborados por Agricultura con el apoyo del Pilar 4 de la Alianza Mundial por el Suelo y especialistas.

El encuentro inició con preguntas detonadoras a los expertos sobre sus experiencias con suelos salinos y las principales alternativas que se propusieron para su atención, en donde destacaron la disminución de los volúmenes de extracción de agua y utilizar cultivos tolerantes a la salinidad con menores requerimientos de agua, el uso de drenaje parcelario para descargar el exceso de agua salina al mar y, sobre todo, la concientización a la población de la problemática de la salinidad del suelo.

Refirieron que como una opción la introducción de plantas adaptadas a condiciones salinas, como el pasto Distichlis spicata que al crecer en estos suelos crea una cobertura vegetal que protege de la erosión eólica reduciendo la generación de tolvaneras contaminantes con partículas suspendidas.

La siembra de este pasto se ha promovido en zonas de alta salinidad como el Lago de Texcoco, Estado de México. Adicionalmente, en las áreas periféricas a este Lago se recomienda aplicar láminas de riego para lavar el exceso de sal y aplicar materia orgánica, además de utilizar cultivos tolerantes a la salinidad.

Se habló también, para el caso de la región aledaña al Lago de Chapala, Jalisco, de alternativas biológicas para controlar la salinidad del suelo.

Como ejemplo se mencionaron Sesuvium verrucosum y Bacopa monnieri ambas conocidas como verdolagas que se adaptan a rangos amplios de salinidad. Detallaron que se sembraron durante ocho meses en parcelas con suelos con problemas de salinidad y posteriormente se sembraron intercaladas con maíz, lo que dio como resultado el que se lograra extraer la sal del suelo y se duplicara la productividad del cultivo en esta área de estudio.

Promueve Agricultura políticas para revertir degradación de los suelos agrícolas

Por otra parte, en el Simposio: Aportaciones del Colegio de Postgraduados a la ciencia del suelo, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural resaltó que México busca retener y revertir los procesos de degradación de los suelos agrícolas, causados por prácticas que no han sido cuidadosas con este recurso y crear conciencia entre productores y la población en general sobre su importancia en la seguridad alimentaria.

La pérdida de la capacidad del suelo para proporcionar los servicios ecosistémicos puede tener consecuencias múltiples para la humanidad y hay una amenaza global de que se pierdan las funciones de los suelos del planeta, que debemos atender de manera urgente, señaló la directora general de Política, Prospección y Cambio Climático de la dependencia federal.

En el encuentro realizado como parte de las actividades con motivo de la Conmemoración del Día Mundial del Suelo 2021, destacó que se ha incrementado el nivel de conocimiento y la conciencia sobre la relevancia de este recurso para el funcionamiento de los ecosistemas terrestres y, particularmente, para los agrosistemas.

Comentó que el Colegio de Posgraduados (Colpos), el brazo técnico de Agricultura, ha trabajado en la generación de información central que ayuda a la toma de decisiones sobre el manejo sostenible de los suelos.

El profesor investigador del Colegio, Prometeo Sánchez, expuso que la degradación física, química y biológica de los suelos es un problema de México y del mundo, ya que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), un tercio de los suelos en el mundo están degradados.

En México, dijo, aproximadamente el 62 por ciento de los suelos presenta cierto grado de degradación física (compactación de suelo, erosión hídrica o eólica) o química (salinidad, mal uso de fertilizantes), sin embargo, la degradación biológica (pérdida de carbono) es mayor.

Explicó que suelos deteriorados producen plantas de mala calidad con deficiencias nutrimentales que se enferman más y sus rendimientos son bajos, además de que producen alimentos de mala calidad nutritiva. Sin suelos saludables no habrá personas sanas, anotó.

El experto indicó que para el año 2030 habrá más de ocho mil millones de personas en el mundo, y en el año 2050, la combinación de la degradación del suelo y el cambio climático reducirá los rendimientos globales de los cultivos en un 10 por ciento en promedio.

Sin embargo, abundó, la agricultura regenerativa puede ser parte de la solución a los efectos del cambio climático global, pues hoy en día, el sistema agropecuario global solo puede alimentar a la mitad de la población sin traspasar los límites del planeta, es decir, sin poner en riesgo a las futuras generaciones.

Sánchez explicó que este tipo de agricultura consiste en utilizar prácticas sustentables y tecnologías de última generación para producir alimentos sanos, limpios y nutritivos, a través del mantenimiento y el aumento de la fertilidad física, química y biológica, de los suelos, el combate del cambio climático y la conservación del agua, aire, suelo y la salud de los humanos.

Subrayó que el Colpos realiza varias acciones en este tema. Por ejemplo, ha trabajado en el manejo integral de la nutrición de cultivos, que consiste en acondicionar el suelo, en bioestimulación de raíces, fertilización de cultivos y bioestimulación aérea.

También trabaja en el desarrollo de capacidades y habilidades de productores y técnicos para el mejoramiento y manutención de la fertilidad biológica, del suelo en aguacate y en el mejoramiento de la fertilidad química y biológica del suelo para la siembra de tomates en invernadero en Oaxaca, con rendimientos de hasta 450 toneladas por hectárea.

Ha realizado acciones de mejoramiento de la fertilidad física, química y biológica del suelo para la producción de banano en Chiapas, con rendimientos de hasta cuatro mil cajas por hectárea y para el cultivo de fresa en Michoacán, con rendimientos de hasta 70 toneladas por hectárea, anotó.

Sostuvo que es posible alimentar a la población creciente con comida sana y nutritiva, bajo el concepto de agricultura regenerativa, en donde se privilegien aquellas acciones encaminadas a la manutención y aumento de la fertilidad de los suelos, que permitan mitigar el cambio climático global, la deforestación y la contaminación del agua y ambiente.

La investigadora y experta del Colpos, Irma Díaz Aguilar, enfatizó que cuando tenemos suelo y organismos interactuando se desarrollan los cultivos, por lo que es necesaria la sensibilización y el intercambio de conocimientos e información sobre este tema, obtenidos a través de la investigación.

Consideró necesario construir la estrategia para el desarrollo y la transferencia de conocimientos sobre la conservación de la biodiversidad del suelo y el manejo de los ecosistemas en las prácticas de los productores.

Además de la incorporación de la biodiversidad del suelo, y la gestión de los ecosistemas en las políticas agrícolas y legislación de las tierras, indicó Díaz Aguilar.

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