La falta de agua en la zona del Bajío michoacano ha provocado que los cultivos de maíz se vean afectados de una manera considerable ya que no darán la cosecha que se esperaba.
Tras más de 40 días de ausencia de lluvias en la zona del Bajío, los sembradíos se dañaron por falta de agua y por las plagas. El evento ha causado indignación y desesperanza en los campesinos.
Martín Solís, comisariado ejidal de Numarán, comentó que se esperan resultados sólo de las parcelas de riego que se encuentran a las orillas del Río Lerma, pero afirmó que las que están en los cerros del citado municipio perderán las ganancias y los productores no recuperarán lo que invirtieron.
Puntualizó que las tierras que se han visto afectadas son las que no tienen agua, misma que se encuentra sólo en pozos que se han excavado en los cerros para este tipo de situaciones. “Desconozco cuántas hectáreas sean pero son más de 30 campesinos los que presentan este problema”, añadió.
Explicó que si el campesino espera que el rendimiento de las tierras oscile de cinco a seis toneladas por hectárea, en esta ocasión no se sacará ni la mitad por el alto grado de deterioro en el que se encuentra la planta.
Añadió además que si el campesino, al cosechar, pretende vender la semilla, ello será a un precio por debajo de lo normal ya que “los compradores siempre se quejan del estado de la semilla y pagan lo que quieren, provocando al vendedor pérdidas considerables”.
Externó que a las afectaciones se sumó el hecho de que los apoyos para combatir la plaga de pulgón llegaron tarde: “Hay un total de siete mil 550 hectáreas casi en un 100 por ciento afectadas y desgastadas, ya con las hojas secas y sin rastro de que le brote la semilla por los severos daños que le generó el brote del pulgón amarillo”.
Martín Solís aseveró que como productores de semillas ya han tenido capacitaciones para los casos de ausencia de agua y el brote de plagas, con personas pertenecientes a la Comisión de Sanidad Vegetal. Es por ello, afirma, que ahora pueden cuantificar los daños, ya que saben con claridad que aunque la planta saque la semilla, ésta ya no se desarrollará al 100 por ciento.
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