Los daños que han dejado el agua, granizo y las plagas en los cultivos duranguenses este año ascienden a los 150 millones de pesos, y hasta ahora ningún productor ha recibido apoyos al respecto; casi 100 corresponden a daños en el productor social.
Los cultivos afectados son el sorgo, con aproximadamente 110 millones de pesos en pérdidas, el chile con 40 millones y alrededor de un millón de pesos en el maíz.
Los desastres iniciaron en los municipios laguneros en el sorgo con la plaga del “Pulgón amarillo” en donde del lado de Durango se vieron afectadas 10 mil hectáreas, de las cuales solo cuatro mil son del sector social y las otras seis mil son de ranchos particulares.
Tan solo las cuatro mil hectáreas del sector social arrojan una pérdida económica, de acuerdo con datos dados a conocer por el productor y cenecista Hipólito Pasillas, cercanas a los 60 millones de pesos, mientras que las pérdidas en las siembras particulares, aunque en extensiones son más hectáreas, ascienden a 50 millones, porque tuvieron recursos para usar insecticidas.
La tonelada de sorgo se las compran en 480 pesos y una hectárea les arroja una producción de 45 toneladas con una venta de 21 mil 600 pesos en condiciones normales.
Sin embargo, por la plaga solo hubo cosecha de 18 toneladas por lo que las ventas se quedaron en siete mil 200 pesos.
En el caso del chile, este año las dos mil 800 hectáreas de esta siembra en el Valle de Poanas sufrieron afectaciones de dos tipos; la mayor parte tuvo un exceso de agua que mermó la producción y otra parte se vio afectada por las granizadas fuera de tiempo.
Los números que da a conocer Virgilio Morales Lara, presidente del Sistema Producto Chile en Durango, son los siguientes: una hectárea les arroja un ingreso de 35 mil pesos en condiciones normales, es decir, a la intemperie y sin riego, y 60 mil con sistema de riego y de estas últimas son 300 hectáreas.
La merma en la cosecha, según el productor chilero, es de al menos el 50 por ciento por lo que el ingreso neto es de 84.4 millones de pesos y las pérdidas económicas son de al menos 40 millones, aproximadamente.
En el caso del maíz, en el municipio de Poanas el desbordamiento del río del mismo nombre provocó una inundación de 59 hectáreas de siembras de grano blanco, por lo que la totalidad de la cosecha se perdió.
De acuerdo con René Urenda, regidor e integrante de la Comisión de Agricultura del Cabildo de Poanas, cada hectáreas les deja una ganancia de poco más de 12 mil pesos, por lo que los daños fueron de aproximadamente un millón.
El Siglo de Durango
