Cultiva humanidad sólo 300 de las 300 mil plantas que hay en el mundo

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La humanidad sólo ha sembrado aproximadamente 300 de las 300 mil especies existentes en el mundo, de las cuales solo tomó trigo, maíz y arroz como base fundamental de la agricultura, declaró el investigador Carlos Aguirre Rojas.

El integrante del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) planteó que esos cereales tuvieron un papel fundamental en la vida económica y social de los pueblos que los cosecharon en la antigüedad.

Aguirre Rojas participó en el Seminario Interdisciplinario sobre Domesticación y Agroecología, celebrado en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH).

En ese espacio fueron propuestas diversas formas de articulación que permiten el análisis global de la domesticación de cultivos y de la diversidad de prácticas agroecológicas en México.

El investigador explicó que a diferencia de otras plantas, la degradación y caducidad del trigo, el maíz y el arroz es más lenta al ser sometidos a tratamientos relativamente simples como el descascarillado, la cocción y el procesamiento para hacerlos harina, lo que facilita su almacenamiento.

En el seminario el experto habló de condiciones, temporalidad y productividad correspondiente a cada uno de esos alimentos, factores como la cantidad de cosechas que se generan al año, la distancia que debe existir entre planta y planta, el rendimiento por cada grano sembrado y la cantidad de superficie utilizable.

El trigo apareció por primera vez en algunas zonas de Asia Menor y Mesopotamia, de donde se extendió a Europa y fue la base de reproducción masiva en los pueblos indoeuropeos. En la actualidad 50 por ciento del cultivo total del grano se produce en los territorios mencionados.

En cambio el maíz requiere más de calidez y humedad, por lo que su cultivo sólo es posible en zonas intertropicales y espacios particularmente pantanosos.

Cosecharlo precisa de pocos cuidados, lo que se traduce como ventaja en su producción, pues sólo son necesarias de 50 a 60 jornadas anuales para vivir de él. Se genera una cosecha al año y la obtención por hectárea es de ocho quintales.

El arroz, a su vez, sólo prospera de manera semiacuática, es decir requiere humedad extrema en aguas cenagosas; para prosperar debe estar en movimiento constante, situación que generó la construcción de complejos hidráulicos.

Por cada grano sembrado se obtienen ocho y de cada hectárea se producen 30 quintales. Requiere de 300 días y genera de dos a tres cosechas anuales.

Entre 70 y 80 por ciento del arroz es producido en India y China, se detalla en un comunicado de la UNAM que da cuenta de los pormenores del seminario.

NTX

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