La UNAM rescata cultivos de agave pulquero en Tlaxcala

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En la época prehispánica el pulque era una “bebida de dioses”; sin embargo, a la llegada de los españoles perdió su popularidad y estatus. Con el tiempo su ingesta cayó en desuso, pero en la última década ha sido retomada por los jóvenes.

Pero el cultivo del agave (planta típica de México, también conocida como maguey) ha decaído por diversas razones, como la competencia con el vino y la cerveza, o por el robo de pencas por personas dedicadas a la cocción del mixiote.

Además, por la dificultad para lograr su propagación, pocos se dedican a su cultivo, por lo que el Laboratorio Regional de Biodiversidad y Cultivo de Tejidos Vegetales (Lbctv) del Instituto de Biología de la UNAM en Tlaxcala, con apoyo del gobierno estatal, comenzó el proyecto Propagación de Agave Pulquero.

En el Lbctv, Ana Laura López, Alma Martínez y Laura Trejo trabajan con productores de las comunidades de Nanacamilpa, La Malinche y Atlangatepec, quienes les han proporcionado plantas y semillas con el objetivo de mejorar su producción.

Ahí se les enseña el proceso in vitro para que después puedan introducir las plantas germinadas, el cual consiste en esterilizar y desinfectar superficialmente las semillas y después sembrarlas en frascos de vidrio que contienen medio de cultivo sólido: un gel con los nutrientes necesarios.

Así se mantienen en condiciones asépticas para favorecer que germinen en dos días, cuando este proceso puede tardar hasta tres meses en condiciones naturales. Cuando el agave alcanza una talla adecuada, se lleva al invernadero y posteriormente se pasa al campo.

Las universitarias han platicado con los productores para que permitan que algunas plantas se reproduzcan de forma sexual (natural), con el fin de que la especie presente mayor diversidad genética y haya alimento para los murciélagos, unos de los principales polinizadores.

En las plantas hay dos tipos de propagación, la sexual y asexual, especificaron. En la primera se involucra la unión de dos gametos —masculino y femenino—, que son el grano del polen y los óvulos dentro de la flor. Cuando los murciélagos, abejas y pájaros, entre otros, se alimentan de la flor y llevan los granos a otra planta, la fecundan y se desarrollan las semillas; así se origina un individuo completamente diferente a los padres, lo que produce recombinación genética.

En este caso, el proceso es más lento. Pueden pasar hasta 15 años para que el quiote se alargue y otro tanto para que se desarrollen las flores, ocurra la fecundación, se maduren los frutos y se produzcan las semillas.

En América existen más de 200 especies de agave y 75 por ciento se encuentra en nuestro país. Debido al clima templado, los estados en el centro del territorio nacional son más proclives para las plantaciones de magueyes utilizados para la producción de pulque, informaron las expertas.

Pero el pulque no es el fin exclusivo. Desde hace más de 10 mil años esta planta ha tenido usos variados: de su penca se elaboran fibras textiles, o se queman para ser consumidas. El aguamiel que produce puede sustituir al azúcar, y es utilizado por los diabéticos.

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