Durango.- Cuatro jóvenes emprendedores de San Francisco del Mezquital, la cabecera de este municipio, buscaron el apoyo para instalar un invernadero para la siembra del tomate, sin embargo cuando ya estaba la infraestructura decidieron mejor no destinarlo a esta hortalizas y se arriesgaron a la de stevia la cual está dando ya sus primeros frutos.
Maricela Flores Deras, José Daniel Flores Deras y Armando Flores Rodríguez son los jóvenes emprendedores que buscaron ir más allá de ser simple agricultores, pero les ha costado porque la stevia requiere una temperatura ambiente de 20 a 30 grados y en el Mezquital llegan a estar normalmente por arriba de los 35.
Ellos se convencieron de plantar la stevia porque una persona del centro del país les dijo que la empresa que él representaba les regalaba la plántula y les compraban la cosecha lo que los motivó porque la venta de stevia se está apenas desarrollando.
“Nos trajeron 70 mil plántulas para una hectárea de invernadero y con esto se esperaba una cosecha de 10 mil toneladas en un año y la cosecha nos la comprarían por kilo por lo que haciendo cuentas no veíamos problemas”, comentó Maricela.
Sin embargo señala que durante la temporada de siembra tuvieron muchas dudas y estuvieron a punto de dejar todo atrás sobre todo por la temperatura que se registra en la cabecera de Mezquital en donde se han llegado hasta poco más de los 40 grados centígrados por lo que en el invernadero se llega a los 50.
La planta empezó a perder fuerza y a quemarse por las altas temperaturas pero los emprendedores nunca se dieron por vencido ni tiraron la toalla y lograr sacar adelante la cosecha, solo les falta clasificarla porque la venta es de acuerdo a la clasificación que se le da a la hoja.
Lo que lamentan los jóvenes, ahora que ya levantaron la primera cosecha, es que quien les regaló la plántula y les prometió la compra de la misma no se ha puesto en contacto con ellos para acordar la venta.
Están dispuestos a esperar un poco más de lo contrario van a tener que buscar compradores antes de que la hoja empiece a perder valor.
Con la primera venta de la cosecha los jóvenes están pensando en instalar un sistema de temperatura que les permita tener el invernadero entre 20 y 30 grados para mejorar la cosecha siguiente.
El Siglo de Durango
