Debido a la plaga de pulgón amarillo, 66% de los agricultores de sorgo en Guanajuato (segundo productor nacional) migraron a maíz blanco, por lo que al aumentar la producción de éste podría provocar una caída en los precios, advirtió la Confederación Nacional Campesina (CNC).
Guanajuato fue uno de los estados más afectados por la plaga, pues de las seis toneladas promedio que se obtenían de sorgo, para 2015 y lo que va de 2016 se llegó a una producción de 3.5 toneladas por hectárea.
Así lo informó Rafael García, presidente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos en el Estado, perteneciente a la CNC.
Esta situación ha propiciado que muchos productores de sorgo prefieran sembrar maíz blanco, lo que generaría una sobre oferta y por lo tanto una disminución en los precios.
“De tal forma que se espera cultivar sólo 60 mil hectáreas de sorgo, en lugar de las 230 mil hectáreas que solían sembrar”, refirió García.
“En cuanto empiece la cosecha, creo que los intermediarios van a bajar el precio del maíz muy fuerte”, dijo el representante.
La cosecha de ambos granos se da entre octubre y noviembre en la entidad.
García estimó que el precio de la tonelada de maíz podría caer a tres mil pesos, cuando años atrás era de tres mil 800 e incluso en algunas ocasiones llegó a los cinco mil pesos.
“Por el contario y debido a la poca producción de sorgo, su precio podría subir a cuatro mil pesos la tonelada, de los tres mil 500 pesos promedio a los que se pagan en el estado”, calculó.
Sin embargo, dijo que realmente no representaría una ventaja porque la producción de los agricultores ha caído alrededor del 50% y se incrementó el gasto en agroquímicos para combatir al pulgón amarillo.
Por lo regular cada ciclo se requieren mil pesos por hectárea destinados a la compra de agroquímicos para fortalecer el cultivo, pero en esta ocasión el gasto es de dos mil 500 pesos en promedio (de dos aplicaciones se ha incrementado a cinco).
“Además del costo del resto de los insumos como las semillas y la mano de obra”, destacó.
Por último, Rafael García comentó que en ocasiones la falta de asesoría técnica tanto del productor como del proveedor de los agroquímicos provoca que éstos no se aprovechen de la mejor forma posible.
“Los mismos proveedores no tienen la capacidad de estar asesorando realmente bien al productor y empiezan a venderles una y mil cosas y a veces no son las dosis o los productos que realmente se deben de aplicar y en la desesperación les ofrecen algo barato, van y lo compran”, finalizó.
AM
