Las lluvias de esta semana favorecieron al campo de NL

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“En el sur de Nuevo León, si te llueve en mayo, junio, tú puedes sembrar maíces, frijoles, para producción de grano, pero si las lluvias se retrasan hasta junio, finales de julio o agosto, como en este caso, entonces la gente ahora lo que quiere es sembrar avenas y cebadas porque allá los fríos empiezan en septiembre, octubre, ya ahorita está fresco, pero ya puede haber heladas en septiembre, octubre”, afirmó el delegado de Sagarpa, Fermín Montes Cavazos.

Rosendo Garza es un ejemplo de los agricultores que batallaron por la falta de agua;comúnmente siembra trigo, sorgo y maíz en sus parcelas de la Hacienda Santa María La Floreña, del municipio de Pesquería.

Esta vez sólo sembró sorgo.

“No ha habido mucha lluvia, ha estado seco el lugar”, afirmó.

¿Esta semana ha habido algo de lluvia? “El domingo cayó agüita, muy poca, pero sí cayó.

¿El lunes hubo muy cerca una tormenta, no les llegó hasta acá? Aquí no nos llegó, muy poco, sí nos dimos cuenta, pero no llegó”, expresó.

Actualmente ya está listo para cosechar siete hectáreas de sorgo que sobrevivieron con el riego de las acequias y está optimista de que las presentes las lluvias le permitirán sembrar maíz, de agosto a septiembre, y trigo, de noviembre a diciembre.

“Nos hace falta el agua para que se den las cosechas”, dijo.

¿Mientras tanto de dónde sacan el agua? “Del río, de una presa que tenemos del Río Pesquería”, explicó.

Las parcelas de Garza forman parte de 300 mil hectáreas de siembra que, según la delegación de la Sagarpa, hay en Nuevo León de las cuales entre 180 mil y 200 mil son explotables

“En Nuevo León tenemos los árboles frutales, los cítricos, los aguacates, los nogales que esos están permanentemente en el campo, y las nuevas siembras de hortalizas de invierno, principalmente, coles, coliflores, brócoli, cebollas, lechugas, que se siembran en las zonas de Cadereyta, Terán”, explicó Montes Cavazos.

Según Sagarpa, en la entidad existen 480 mil cabezas de ganado las cuales están a salvo y más porque las lluvias harán reverdecer los campos de las que se alimentan.

“Empezar a recuperar mucho del crecimiento vegetal que teníamos prácticamente prohibido porque con los soles tan fuertes que había y calores tan fuertes, mucho pasto se había quemado y, bueno, eso ocasiona que, a veces, el ganado no tenga suficiente comida de calidad”, explicó el funcionario.

El Horizonte

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