Científicos mexicanos aumentan con éxito rendimientos de maíz, frijol y jitomate sin uso de transgénicos

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Desde hace al menos una década, distintas organizaciones y universidades en México trabajan en proyectos para lograr cultivos con altos rendimientos sin necesidad de utilizar semillas transgénicas, la mayoría de estos trabajos han dado buenos resultados en su fase experimental y han derivado en maíces, frijoles, jitomates y otros que también son resistentes a virus y plagas.

En 2009, el Centro de Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), empezó a desarrollar variedades del grano de alto rendimiento, que en algunas zonas del país han tenido hasta 12 toneladas por hectárea.
El proyecto, que se desarrolló en Oaxaca, consistía en un pool de maices (combinaciones de varias razas para potenciar el rendimiento) mexicanos seleccionados en distintos territorios del país, al cual podían tener acceso los agricultores con la intención de que no abandonaran la siembra de las especies nativas al tiempo que comprobaran que la actividad era redituable.

A principios de este año, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) desarrolló la variedad de frijol Flor de Junio León que es resistente a enfermedades, ahorra costos de producción, tiene alto potencial de rendimiento y buena aceptación en el mercado.

La Secretaría de Agricultura Ganadería Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (Sagarpa) detalló que Flor de Junio León es más resistente a enfermedades como la roya y a pudriciones de raíz, además de que sus granos son de elevado valor comercial, culinario y nutracéutico.

El investigador Jorge Acosta Gallegos, del Campo Experimental Bajío, señaló que con esa innovación tecnológica se ahorrará en la producción, ya que por su resistencia a enfermedades no requerirá de agroquímicos, lo que significa una reducción de 5 por ciento en los costos directos del cultivo.

Con el uso de esta variedad se prevé obtener un aumento de 15 por ciento en su rendimiento, en comparación con la media estatal obtenida en Guanajuato con variedades convencionales tipo Flor de Junio en condiciones de temporal, que es de 1.7 toneladas por hectárea.

VOLVER A PLANTAR A CIELO ABIERTO

Esta semana, la Universidad de Guadalajara (UdeG) dio a conocer que el investigador del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), José Luis Martínez Ramírez, creó una variedad de jitomate (UdeG Campeón) del tipo saladette, resistente a los principales virus que lo afectan, a la par que validó un sistema de producción adecuado que incrementa su rendimiento y disminuye sus costos.

Mediante un sistema de alta densidad (hasta con 21 plantas por metro cuadrado y a nivel experimental), fue posible obtener un rendimiento similar a la que tienen las variedades holandesas e israelitas de crecimiento indeterminado, pero en 10 meses, informó su creador.

Uno de los problemas que enfrentan los productores de jitomate en Jalisco es el elevado costo de producción, en tanto que el precio en el mercado permanece sin variación, en un promedio de 12 pesos por kilo.

“Eso hace que se produzca caro y se venda barato; entonces, el recuperar las inversiones se ha visto cada vez más difícil”, expresó el investigador.

El proyecto inició en 2004 y recibió un financiamiento por 500 mil pesos de la Sagarpa. El trabajo incluyó la selección de materiales silvestres y su cruza con uno comercial.

El resultado es una variedad con calidad y resistencia a virus; a este respecto, Martínez Ramírez comentó que los virus más comunes del cultivo en Jalisco son: “Y de la papa” y “mancha anular de la papaya”; los combinaron, los inocularon en las plantas hasta encontrar la más resistente, y la cruzaron para heredar sus características.

“El problema de los virus, prácticamente, desanimó a la gente a plantar a cielo abierto”, por esto han proliferado los invernaderos en el estado. La nueva variedad es resistente a estos, además, tolera la bacteriosis y el tizón tardío, este último “causado por un pseudo hongo, que es un problema grave y que muchas veces marca el precio del mercado”.

Una de las principales zonas productores de jitomate en Jalisco es la de Autlán, que debido a la presencia de virus su producción cayó de las mil 500 a las 300 hectáreas a cielo abierto.

Los productores han manifestado su interés por esta variedad; no obstante, aún falta afinar aspectos de nutrición de la planta, en los que trabaja el estudioso. Iniciarán, en breve, un proceso de registro ante el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas. En los próximos meses esperan transferirlo a ciertos productores para cultivarlo en pequeñas áreas.

ALTERNATIVAS SIN TRANSGÉNICOS

Además de estos casos, en entidades como Michoacán y Nayarit también se están probando nuevas alternativas de siembra de maíces híbridos con resistencia al cambio climático, lo que muestra que no hay necesidad de continuar con la siembra de transgénicos en el país, aseguró Víctor Suárez Carrera, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras del Campo (ANEC).

“Es agricultura nativa de conocimiento campesino para que se integren los conocimientos de los campesinos y tecnológicos con el análisis de suelos, agua, tejidos y microbiológicos y con eso se diagnostica el estado de los suelos que son la base principal para una buena producción y se trata de restablecer la salud y el equilibro que fueron afectados por tantos años de fertilización química y agroquímicos, a partir de los análisis de oxigenación y lombricopostas y la inoculacion de 165 microorganismos que favorecen diversas funciones como las que evitan plagas y enfermedades, se plantea una estrategia de nutrición a base de abonos orgánicos y otros organismos”, explicó.

Agregó que con esta alternativa se busca demostrar que la agricultura en el país puede sobrevivir sin la necesidad de semillas transgénicas, “y nuestro objetivo principal es que no se vuelva a permitir ya nunca más que se siembren -transgénicos- ni en fase experimental, ni comercial ni en ninguna otra, dijo.

El 10 de octubre de 2013, el Juzgado Federal Décimo Segundo de Distrito en Materia Civil del Distrito Federal emitió una medida precautoria en la que ordenó la suspensión de permisos a empresas como Monsanto, Pionner y Syngenta entre otras, para la siembra “experimental”, liberación y comercialización de maíz transgénico en el país.

La medida se dictó en el marco de la Acción Colectiva que el 5 de julio promovieron 53 científicos, intelectuales, agricultores, artistas y activistas, así como 22 organizaciones ambientalistas, productivas y de derechos humanos.

A pesar de una oleada de más de 60 impugnaciones promovidas por las empresas y el gobierno federal, hasta ahora la suspensión se mantiene.

Suárez agregó que en conjunto con científicos cubanos e investigadores de Morelia, Michoacán, y el uso de estaciones meteorológicas locales, trabajan en el establecimiento de un sistema de resistencia vegetal para poder mejorar la resistencia de los cultivos a plagas y enfermedades, a mejorar la reproducción celular y a incrementar la floración y producción de frutos.

 

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