Buscan impulsar cultivo de huitlacoche para beneficiar a indígenas

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Decenas de familias oaxaqueñas desafían las condiciones ambientales de la Mixteca Alta y emplean técnicas de inoculación para cultivar huitlacoche sobre pequeñas parcelas, que después les permitan tener una sustentabilidad alimentaria y económica.

Localizada al suroeste de la capital del estado y a una altitud de mil 225 metros, la comunidad de Santa María Cuquila está rodeada de montañas con escasos valles y tierras muy secas, y es considerada una zona de pobreza extrema por el Consejo Nacional de Población (Conapo).

Sin embargo, estas condiciones no impiden utilizar desde hace tres años las nuevas tecnologías y bajo la supervisión de los especialistas del INAH y el Cinvestav para producir el Ustilago maydis, nombre científico de este hongo (huitlacoche) que infecta a diferentes tipos de maíz.

El doctor José Ruiz Herrera, investigador del Centro de Investigación de Estudios Avanzados (Cinvestav), destacó en entrevista con Notimex que si bien el huitlacoche es considerado como una plaga porque afecta al maíz y algunos países buscan erradicarlo, en México representa importantes ingreSos económicos al venderse para la preparación de diversos platillos.

Incluso el investigador resaltó que una mazorca (fruto del maíz) infectada con este hongo tiene un valor superior al de una sana y, para esta región de la mixteca oaxaqueña, esto es muy favorable para cubrir sus necesidades económicas y de alimentación.

Esta especie de hongo se considera como un “aditamento valioso” en la dieta de los habitantes de Santa María Cuquila debido a su alto valor nutritivo, que integra carbohidratos, aminoácidos, ácidos nucleicos y proteínas de mejor calidad que las del maíz.

La apuesta por esta alternativa tecnológica también les ayudará a revertir en cierta medida su situación económica, la cual depende en gran porcentaje y por escasos tres meses del cultivo de maíz y frijol, resaltó.

Ruiz Herrera explicó que el proyecto consistió primero en capacitar dentro del laboratorio del Cinvestav, en la Unidad Irapuato, a dos jóvenes técnicos mixtecos en el manejo e inoculación de las cepas de huitlacoche, seleccionadas mediante un análisis realizado por los investigadores.

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Lo anterior porque un estudio mostró que las variedades de maíz sembradas por esta comunidad fueron muy resistentes al Ustilago maydis, por lo que fue necesario conseguir granos híbridos y más susceptibles al tipo de suelo calizo y poroso.

“Este es el mayor reto que enfrentan desde la Conquista, cuando en aquella región se intensificó la ganadería menor que erosionó las tierras y abandonaron el sistema de terrazas”, expuso la doctora Ethelia Ruiz Medrano, profesora e investigadora del Instituto Nacional de Antropológica e Historia (INAH).

En entrevista, la especialista -quien analiza las estrategias culturales, sociales y políticas de la Mixteca Alta para lograr una autonomía económica- señaló que esta comunidad indígena tiene un “enorme interés por adquirir la transferencia tecnológica y promover un desarrollo autosustentable”.

Muestra de ello, resaltó, estuvo reflejado en la primera producción de huitlacoche, la cual ascendió hasta un 95 por ciento sobre las parcelas experimentales destinadas para tales fines y al menos 20 familias fueron beneficiadas en 2011.

Destacó que los resultados motivaron a los campesinos a compartir el conocimiento tecnológico entre la población y replicaron la técnica de inoculación, que consiste en inyectar una suspensión del hongo sobre el maíz tierno, en los dos años siguientes.

Pero a diferencia del primer año, Ruiz Medrano lamentó que la ausencia de lluvia y las malas condiciones climáticas frenaran las proyecciones y provocaron un disminución gradual de la producción de huitlacoche en 2012 y 2013.

Dijo que aunque las últimas experiencias fueron opuestas a lo esperado, los pobladores ahora buscan contrarrestar los daños causados por las sequías mediante la construcción de algunas ollas de captación de agua pluvial y, para ello, solicitaron recursos económicos a las autoridades.

La antropóloga reconoció que la solución no es sencilla, pues la alternativa es cara por las características del subsuelo y se requiere de una material llamado geomembrana, un plástico de alta densidad para confinar el vital líquido durante la temporada de lluvia.

“Este proyecto es una apuesta al futuro y creemos que el entusiasmo de esta comunidad abocada a partir del ejemplo del éxito, un resultado que los orilló a poner un pie en la tradición y otro en la modernidad, les permitirá conseguir los recursos suficientes para llegar al objetivo”, expresó.

Añadió que algo similar ocurrió hace 40 años cuando las familias reforestaron por iniciativa sus montes y laderas para mejorar su calidad de vida, de ahí su persistencia en desarrollar nuevas tecnologías agrícolas y potencializar los cultivos de huitlacoche.

El doctor Ruiz Herrera, reconocido con el Premio Nacional de Ciencias, agregó que el proyecto también favoreció a la comunidad de Atlixco, Puebla, y se acercaron especialistas de Guanajuato y agricultores de Honduras para llevarlo a un nivel comercial.

Mencionó que el siguiente paso es buscar apoyo de la Sagarpa y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para crear una pequeña planta piloto que capacite a las comunidades interesadas en aprender las técnicas de inoculación y cultiven el huitlacoche.

NTX

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