Desertificación y sequía, un panorama muy árido

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La desertificación, a diferencia de la desertización que es un proceso natural, es creada por la acción del hombre, causada por el exceso de cultivos que agotan el suelo, el sobrepastoreo que elimina la cobertura de vegetación que lo protege de la erosión, la deforestación que destruye los árboles que sujetan el suelo a la tierra, así como los malos sistemas de irrigación que transforman las tierras de cultivo en tierras saladas que se pueden compactar, convirtiéndose en un suelo inservible para la fauna y flora.

Es un panorama bastante desalentador, sin embargo, esta fecha nos brinda una oportunidad única para recordar que se puede neutralizar la degradación de las tierras mediante la búsqueda de soluciones, con una firme participación de la comunidad y cooperación a todos los niveles (ONU 2020).

En México, donde la agricultura de riego y de temporal es una fuente importante de empleo y de ingreso económico, el problema de la sequía ha sido una cuestión recurrente y persistente a lo largo de su historia, tal como lo muestran los registros documentados de las sequías ocurridas incluso desde antes de la colonización española.

En ese sentido, la Secretaría de Agricultura, a través de la Comisión Nacional de las Zonas Áridas (CONAZA) y de la Subsecretaría de Agricultura, está trabajando activamente en las siguientes acciones que contribuyen a la lucha contra la desertificación y sequías:

  • Desarrollo de obras hidráulicas de captación de agua de lluvia.
  • Vigilar la ocurrencia de desastres naturales, como la sequía, y sus efectos en el sector agropecuario.
  • Fomento de la tecnificación de riego a nivel parcelario con el objetivo de realizar un uso más eficiente y productivo del recurso agua en la agricultura.
  • Instrumentación de una política de uso, conservación y recuperación del suelo y agua agrícolas para la sustentabilidad de los recursos naturales.
  • Aprovechamiento sustentable de recursos biológicos y genéticos agroalimentarios para su preservación y conservación.

Asimismo, destacan otras acciones:

  • Orientación a los gobiernos estatales, para aplicar recursos remanentes de indemnizaciones, derivadas de seguros catastróficos para el desarrollo de obras hidráulicas de captación de agua de lluvia.
  • Llevar un seguimiento con los gobiernos de los estados para vigilar la ocurrencia de desastres naturales, como la sequía, y sus efectos en el sector agropecuario.
  • Fomentar la tecnificación de riego a nivel parcelario.

En relación con las acciones coordinadas con organismos del sector, tenemos:

  1. Se participa en cuerpos colegiados como la CIASI (Comisión Intersecretarial de Atención a la Sequía e Inundaciones), en acciones relativas al análisis de riesgos e implementación de medidas de prevención y mitigación de sequías e inundaciones y los efectos que estos fenómenos generan.
  2. Con AGROASEMEX, se analiza la atención preventiva de riesgos en el sector agropecuario.
  3. Colaboración con el CIMMYT en intercambio de información, HUBs de Cambio Climático, hotspots para mitigación. Materiales de difusión.

Algunas recomendaciones que pueden ayudar a nuestros productores a enfrentar este fenómeno son:

  • Recurrir a prácticas sostenibles en el manejo de la tierra.
  • Reconversión productiva a cultivos tolerantes a las condiciones de menores requerimientos de gua.
  • Contratar coberturas de aseguramiento (con Fondos de Aseguramiento o Empresas Aseguradoras de su preferencia) para proteger sus cultivos, ganado y pastizales, ante la posible ocurrencia de sequía.

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