Foro sobre agricultura y cambio climático

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El modelo de producción agrícola que predomina hoy en día deberá adecuarse para los nuevos retos de la seguridad alimentaria del siglo XXI, aseguró el Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, en el Foro Internacional, que se desarrolló en París el mes pasado.

Aunque el número de personas que padecen hambre en el mundo se ha reducido en 100 millones durante la última década, 805 millones de personas no tienen todavía lo suficiente para comer de forma regular, afirmó ante los ministros, científicos, agricultores y representantes de la sociedad civil reunidos en la capital francesa, para un Foro Internacional sobre agricultura y cambio climático, organizado por el gobierno galo. El aumento de la producción se ha considerado siempre la vía natural para acabar con el hambre, pero hoy en día, a pesar de que el mundo produce alimentos, el hambre sigue siendo un problema, advirtió Graziano da Silva.

El uso mundial de fertilizantes podría aumentar por encima de los 200.5 millones de toneladas en 2018, un 25 por ciento más que el registrado en 2008. El consumo mundial de fertilizantes crecerá un 1.8% anual hasta 2018, según el informe de la FAO Tendencias y perspectivas mundiales de los fertilizantes para 2018.

Al mismo tiempo, “la capacidad global de producción de fertilizantes, productos intermedios y materias primas seguirá aumentando”, según el estudio. Dado que la producción de alimentos no es una condición suficiente para la seguridad alimentaria, esto significa que la forma en que estamos produciendo ya no es aceptable.

Modelo de producción

En su intervención, enfatizó en que lo que tenemos hoy todavía es principalmente un modelo de producción que no puede evitar la degradación de los suelos y la pérdida de biodiversidad, y ambos son bienes esenciales, especialmente para las generaciones futuras. Este modelo deberá ser revisado. Es necesario un cambio de paradigma: los sistemas alimentarios deben ser más sostenibles, inclusivos y resilientes, o sea la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas.

El cambio climático

Graziano da Silva explicó que el cambio climático no sólo afectará a la producción de alimentos, sino también a su disponibilidad y la estabilidad de los suministros. La agricultura tiene un papel potencial importante que desempeñar, no sólo para garantizar la seguridad alimentaria, sino también para aumentar la capacidad de ser más flexibles, ante los efectos del cambio climático así como reducir las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por el hombre. Las consecuencias del cambio climático ya no son una amenaza previsible. Ahora son una realidad totalmente clara. Este problema no sólo afectará a la producción de alimentos, sino también a su disponibilidad y la estabilidad de los suministros. Y en una economía mundial interdependiente, el cambio climático hace que el mercado mundial de productos agrícolas sea menos predecible y más volátil. El Director General de la FAO subrayó el importante papel que desempeñan los suelos sanos. Los suelos albergan al menos una cuarta parte de la biodiversidad del mundo y son clave en el ciclo del carbono. Nos ayudan a mitigar y adaptarnos al cambio climático. La Asamblea General de la ONU designó 2015 como el Año Internacional de los Suelos, siendo la FAO el organismo encargado de la coordinación de las actividades del año. Un nuevo enfoque prometedor, es lo que se conoce como “agricultura climáticamente inteligente”: ajustar las prácticas agrícolas para hacerlas más adaptables y resilientes a las presiones ambientales, mientras que al mismo tiempo se reduce el propio impacto de la agricultura sobre el medio ambiente. La FAO alberga la Alianza Mundial por una agricultura climáticamente inteligente, establecida en septiembre pasado por la Asamblea General de la ONU, con una amplia coalición de partes interesadas, incluyendo gobiernos; agricultores y productores de alimentos, procesadores y vendedores; organizaciones científicas y educativas; actores de la sociedad civil; organismos multilaterales e internacionales y el sector privado. La Alianza trabaja para promover el incremento sostenible y equitativo de la productividad agrícola y los ingresos; crear una mayor adaptación de los sistemas alimentarios y medios de vida agrícolas; y lograr reducir o eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero en la agricultura. También se destacó la “agroecología”, la cual es una disciplina científica relativamente nueva (década de los setenta del siglo XX), que frente a la agronomía convencional se basa en la aplicación de los conceptos y principios de la ecología al diseño, desarrollo y gestión de sistemas agrícolas sostenibles, como una forma prometedora para hacer avanzar la producción alimentaria de manera más eficiente. Este enfoque utiliza la teoría ecológica para estudiar y gestionar los sistemas agrícolas con el fin de hacerlos más productivos y que conserven mejor los recursos naturales. El foro fue el primero de una serie de eventos preparatorios para la Cumbre del Clima que se celebrará en diciembre de 2015. Durante su visita a Francia, Graziano da Silva se reunió con el presidente Francois Hollande y mantuvo igualmente reuniones bilaterales con Laurent Fabius, ministro francés de Asuntos Exteriores y de Desarrollo Internacional, y Stéphane Le Foll, ministro francés de Agricultura, Alimentación y Bosques.- Mérida, Yucatán.

Diario Yucatán

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