Tomate: la planta que sobrevivió a la gran extinción que acabó con los dinosaurios

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«Alimentar al planeta, energía para la vida» es lema escogido por los organizadores de la Exposición Internacional Milán 2015, que, hasta el 31 de octubre, buscará respuestas, por ejemplo, a preguntas capitales como cómo garantizar la seguridad alimentaria en un mundo cada vez más poblado pero que dispone de unos recursos finitos. El pabellón de España ha querido incorporar a su interiorismo lo que los expertos en agricultura consideran «uno de los mayores avances recientes conseguidos en el campo de la biotecnología». Por ello, mostrará a los visitantes que se adentren en él una recreación del genoma del tomate a partir de unas tablas ultracompactas de gran tamaño colocadas como solería en la zona de exposición y espacio público.

En 2012, un grupo internacional de 300 científicos de 13 países –España, entre ellos- publicaba en la prestigiosa revista Nature su estudio sobre la secuenciación del genoma del tomate de cultivo (Solanum lycopersicum) y la de su pariente silvestre (S. pimpinellifolium). El análisis del contenido genético del tomate indicó que esta planta de cultivo –una de las más comunes y explotadas- sufrió varias triplicaciones consecutivas hace unos 60 millones de años. Hecho que podría haber salvado al tomate de la última gran extinción masiva que acabó con el 75% de las especies de la Tierra, como los dinosaurios, explicó Antonio Granell, investigador del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas «Eduardo Primo Yúfera» (centro mixto del CSIC y la Universidad Politécnica de Valencia). Pese a que la mayoría de los genes procedentes de aquellos procesos de expansión se han ido perdiendo, varios han persistido y controlan algunos de los caracteres más importantes del tomate, como la acumulación de pigmentos y de antioxidantes durante la fase de maduración o la formación de una piel más resistente para conservar mejor el fruto.

«La secuencia del genoma del tomate servirá como referencia para la identificación de los genes de interés de otras plantas de la familia de las solanáceas (como la patata, el pimiento o la berenjena, por ejemplo)», destacó el Instituto Nacional para la Investigación Agraria de Francia (INRA). Las solanáceas suponen la primera fuente leguminosa a nivel mundial, tanto en términos de cantidades producidas como de valor económico. Y además se emplean en la elaboración de especias y esencias medicinales.

Curiosidades:

Origen. Desde mediados del siglo XVI ya se consumían enMéxico tomates de distintas formas, tamaños y colores. México es el país al que se le atribuye la domesticación del tomate, dado que allí crece como mala hierba en los terrenos de cultivo. Por aquella época habían sido traídos a España y servían como alimento tanto aquí como en Italia. En otros lugares del continente, sin embargo, solo se empleaban en farmacia, como ocurrió en Alemania hasta comienzos del XIX.

Beneficios. El tomate ayuda a prevenir el cáncer y a bajar de peso. Es fuente de vitamina C, E y de carotenos como el licopeno, que otorgan al tomate altas propiedades antioxidantes. Además, genera una sensación de saciedad ideal para incluirlo en dietas: aporta 20 calorías por cada 100 gramos. El consumo del tomate fresco también combate el extreñimiento, mejora la vista o reduce el riesgo cardiovascular, por ejemplo.

 

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