El agrocluster es una alternativa para generar empleo en el medio rural, ya que agrupa todas las actividades para la venta de un producto viable, que se pueden desarrollar con el apoyo de las autoridades agropecuarias.
Humberto Duarte, quien es empresario productor de tomate, indicó que el agrocluster está integrado por el proveedor de insumos, que son quienes surten de semilla, fertilizantes y agroquímicos.
Asimismo, lo integra el productor, que se encarga de desarrollar la planta y está el comercializador, que es a quien se le vende, ya sea a nivel local o internacional.
Además de que genera empleos indirectos, debido a que la mercancía se tiene que transportar, y se contempla también el servicio del refrigerado, lo que conforma la producción total de un alimento.
Expuso que el gobierno federal debe apostar por este tipo de producciones y fortalecer a quienes tienen invernaderos, para generar fuentes de trabajo en donde más se necesita, que es en el campo.
Precisó que por cada hectárea de invernadero se generan 15 empleos directamente y después se reactivan las otras actividades, desde los proveedores hasta el comercio en las comunidades rurales.
Recalcó que es importante que se refuerce el apoyo a quienes ponen en marcha este sistema de producción, ya que emplearlos en otras zonas en donde no hay electricidad o capacidad para atenderlos sería tirar la inversión.
Humberto Duarte dijo que el trabajador que menos gana es quien está en la pizca y éste gana más de mil pesos a la semana, y cada sector va incrementando el salario respecto a la especialización y al trabajo que realizan dentro del agrocluster.
Actualmente en el estado se tienen invernaderos de baja tecnología, por lo que en la producción de tomate, una hectárea reditúa durante la temporada 250 toneladas, cuando normalmente en cielo abierto para tener esta producción se necesitarían sembrar hasta 15 hectáreas.
Expuso que hay un catálogo de alimentos que son de exportación y que generarían divisas, y estas se pueden adecuar a las necesidades que va dictando el mercado.
“La política del gobierno federal, estatal y municipal debe estar apegada a proyectos que generen empleo”, acotó.
Por otra parte, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) señaló que los invernaderos se encuentran dentro del programa Agricultura Protegida.
Mencionó que este tipo de producción se realiza bajo métodos de producción que ayudan a ejercer determinado grado de control sobre los diversos factores del medio ambiente.
“Por lo que tiene una buena ventaja, pues permite minimizar las restricciones que las malas condiciones climáticas ocasionan en los cultivos, entre ellos la generación de empleo y producción de cultivos inocuos”, dijo.
Además, señaló, hay un incremento de hasta cinco veces la producción con relación a campo abierto. Por ejemplo, en el cultivo del tomate se producen 70 toneladas a campo abierto por hectárea, y en invernadero se llegan a sacar hasta 350 toneladas.
Otra ventaja es el ahorro de agua, que alcanza hasta un promedio de 50 por ciento. En el caso de tomate, el ahorro es hasta del 77 por ciento, ya que en campo abierto se utilizan 89 litros por kilo producido y en hidroponia, 20. Además, dijo, es posible aprovechar suelos con problemas de degradación o químicos.
Durante este año, la delegación de la Sagarpa apoyó para la ampliación de 13.8 hectáreas de invernadero para la producción de tomate y hortalizas en los municipios de Durango y Nombre de Dios, dentro del Componente Producción Intensiva y Cubiertas Agrícolas (Procura) del Programa de Fomento a la Agrícola 2015.
El delegado de la dependencia, Tomás Fernando Castillo Hern, informó que la inversión total de la construcción de los invernaderos fue de 22 millones 900 mil pesos, de los cuales, la Sagarpa aportó 50 por ciento y los propios productores agrícolas beneficiarios participaron con el restante 50 por ciento.
NTX